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Argentina y su esfuerzo por preservar la capa de ozono

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ArgentinaOzonoCiudad de Buenos Aires, 15 de septiembre de 2017.- El Ministerio de Ambiente y Desarrollo de Ambiente de la Nación conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebrará mañana, 16 de septiembre, en función del 30° aniversario del Protocolo de Montreal, uno de los principales actores en la lucha contra el cambio climático. Este acuerdo internacional es de gran relevancia para Argentina, ya que, de acuerdo con la ubicación geográfica del agujero de ozono, el país está particularmente afectado.

La capa de ozono ha protegido la vida en la Tierra durante millones de años. Se trata de una capa vital en la atmósfera que sirve de escudo para proteger al planeta contra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol. Si desapareciera, la luz ultravioleta esterilizaría la superficie del globo y aniquilaría toda la vida terrestre.

El paso frecuente del agujero de ozono antártico sobre nuestro país cada primavera y los efectos de los niveles de radiación UV extremas sobre el noroeste de la meseta andina, colocan a Argentina en una situación estratégica para los estudios del ozono atmosférico y de la radiación UV solar. Asimismo, nuestro país contribuye con datos de cuatro estaciones (3 en la Antártida y 1 en Ushuaia) a la Organización Meteorológica Mundial, disponibles libremente para la comunidad científica.

Preservación de la capa de ozono en el país

Argentina ha participado activamente en los esfuerzos que realiza la comunidad internacional para restaurar la capa de ozono. En ese sentido, la cartera de Ambiente, a través del Programa Ozono —que depende de la Subsecretaría de Cambio Climático— emprendió acciones con el fin de reducir el consumo de los CFC que permitieron que el país cumpliera ampliamente con las medidas de reducción requeridas por el Protocolo de Montreal.

Desde el inicio de la aplicación del protocolo, nuestro país fomentó las conversiones industriales a tecnologías naturales o de bajo potencial de calentamiento global, logrando durante la eliminación de los CFC la conversión del 66 % del consumo a tecnologías con refrigerantes sin gases hidrofluorocarbonos (HFC).

Más de 207 empresas de todo el país se han beneficiado con proyectos de reconversión industrial en los sectores de espumas rígidas y flexibles de poliuretano y de poliestireno; refrigeración doméstica, comercial e industrial; aire acondicionado automotor y doméstico; solventes; aerosoles industriales; esterilización, e Inhaladores de Dosis Medidas.

Estos y otros logros obtenidos son el producto de una larga gestión por parte de los organismos técnicos nacionales responsables de implementar el Programa País, de la adecuada negociación intergubernamental coordinada por la Oficina Programa Ozono, del apoyo continuado de las diferentes administraciones de las instituciones, y del trabajo de las agencias de implementación.

El convenio de Viena y el Protocolo de Montreal

El Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, y su Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, son los primeros y únicos tratados que lograron ratificación universal. Las 197 naciones parte del acuerdo han cumplido sus metas de eliminación de las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono (SAO) mucho antes de lo previsto: para el año 2014, los países involucrados habían eliminado en forma conjunta más del 98 % de esas sustancias.

Debido a que la mayor parte de las SAO son gases de efecto invernadero, el Protocolo de Montreal ha sido uno de los principales actores en la lucha contra el cambio climático. Se estima que sin el Protocolo, para el año 2050 el agotamiento del ozono hubiera aumentado por lo menos un 50 % en las latitudes medias del hemisferio Norte y hasta un 70 % en las del hemisferio Sur, o sea alrededor de 10 veces más que los niveles actuales.

Como resultado de la reducción de las SAO claves en la atmósfera, el agujero de ozono antártico ha dejado de crecer y regresaría a los niveles de 1980 en los próximos 50 años. En concreto, se calcula que para el año 2030 el Protocolo habrá evitado dos millones de casos de cáncer de piel anuales, impedido lesiones oculares y daños al sistema inmunológico humano, y protegido la fauna y flora silvestres y la agricultura. Y además evitará hasta un 0,5°C de aumento de la temperatura para fines de este siglo.

En base a estas estimaciones, los esfuerzos realizados en la protección de la capa de ozono han ahorrado 1,8 trillones de dólares en gastos para el cuidado de la salud y 460 billones de dólares en daños para la agricultura, la pesquería y los materiales en el periodo 1990-2065.

El Convenio de Viena y su Protocolo de Montreal han demostrado que todos los gobiernos pueden trabajar juntos para resolver problemas ambientales mayores. Esto demuestra que con políticas acertadas y sólidos equipos nacionales de trabajo que las implementen se pueden combinar el conjunto de variables que incluyen la defensa del ambiente, la protección de la salud, no afectación de las fuentes de trabajo, sintetizando de manera concreta procesos de desarrollo sustentable.

 

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