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Cerca de 1 millón de especies en peligro de extinción, según informe científico

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Alrededor de 1 millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, más que nunca en la historia de la humanidad.
Según los resultados del informe IPBES, las acciones humanas han alterado significativamente la naturaleza en todo el mundo. Tres cuartas partes del ambiente terrestre y alrededor del 66% del medio ambiente marino se han alterado considerablemente.
Más de un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi el 75% de los recursos de agua dulce ahora se dedican a la producción agrícola o ganadera.
Es necesario alcanzar en 2020 un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas con el fin de no llegar a un punto sin retorno.

La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) lanzó un histórico Informe de Evaluación Global que proporciona evidencia irrefutable sobre el rápido deterioro de la naturaleza en el mundo y de las contribuciones que brinda la biodiversidad a las personas.

El informe, que coincide con la reunión de los ministros de Medio Ambiente del G7 en Metz, París, es un llamado de atención para que los responsables políticos y las empresas tomen medidas decisivas, enfatizando la urgente necesidad de alcanzar en 2020 un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas.

El estudio científico de 1,800 páginas es el primer panorama completo del estado de la biodiversidad mundial desde 2005, con evidencia proporcionada por 400 expertos de 50 países. El análisis, que reitera muchos de los hallazgos del Informe Planeta Vivo publicado por la Organización Mundial de Conservación (WWF por su siglas en inglés) y difundido en nuestro país por Fundación Vida Silvestre Argentina en 2018, presenta una imagen alarmante de las extinciones de especies, la disminución de la vida silvestre, la pérdida de hábitat y el agotamiento de los servicios de los ecosistemas que son cruciales para nuestro sustento y desarrollo económico.

Según los resultados del informe IPBES, las acciones humanas han alterado significativamente la naturaleza en todo el mundo. Tres cuartas partes del ambiente terrestre y alrededor del 66% del medio ambiente marino se han alterado considerablemente. Más de un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi el 75% de los recursos de agua dulce ahora se dedican a la producción agrícola o ganadera. Alrededor de 1 millón de especies de animales y vegetales están en peligro de extinción, muchas en las próximas décadas, más que nunca en la historia de la humanidad. Mientras tanto alrededor del 30% de los alimentos producidos globalmente son desechados cómo basura.

El informe también ofrece un estudio exhaustivo de la interrelación entre el cambio climático y la pérdida de la naturaleza. Entre los principales contribuyentes de las alteraciones en los ecosistemas, el cambio climático generado por los seres humanos se identifica entre los impulsores clave que exacerban el impacto de otros que producen cambios en la naturaleza y el bienestar humano. Las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0.7 grados centígrados, mientras que el promedio global del nivel del mar ha aumentado de 16 a 21 centímetros desde 1900. Estos cambios han contribuido a los impactos generalizados en muchos aspectos de la biodiversidad, incluyendo la distribución de especies.

“El informe de la Evaluación global ofrece evidencia irrefutable no solamente sobre la pérdida de la naturaleza sin precedentes, sino también de los riesgos que le presenta a la vida humana y la prosperidad. La necesidad de actuar urgentemente nunca ha sido más clara. Seguir como siempre ya no es una opción. El informe ofrece esperanza para empezar la recuperación de la naturaleza a través de un cambio transformador al redefinir nuestro enfoque para un futuro más sostenible”, dijo Rebecca Shaw, la Directora Científica de WWF.

“Es imperativo articular la conservación de la naturaleza con los acuerdos de la COP de París, e involucrar a la sociedad civil, a los gobiernos y al sector corporativo. En este sentido, es necesario revisar las políticas contradictoras que promueven la transformación de áreas naturales para establecer nuevas áreas de cultivos para generar alimentos que luego son desechados en gran porcentaje; o que subsidian el desarrollo de infraestructura para la extracción de hidrocarburos con métodos altamente cuestionados a nivel internacional como la fracturación hidráulica, generando un impacto negativo sobre el calentamiento global mundial, la conservación de los ecosistemas sanos de la Argentina y las futuras generaciones. En nuestro país y en todo el mundo es central que consigamos un Nuevo Acuerdo para la naturaleza y las personas. Es la única forma de cambiar este rumbo”, destacó Manuel Jaramillo, Director General de Fundación Vida Silvestre Argentina.

“La Evaluación global del IPBES deja en claro que nuestra sociedad está ‘en una situación grave’ si continuamos como hasta ahora, aunque también brinda esperanza de que un cambio positivo es posible si todos nos comprometemos urgentemente en interés de las generaciones futuras. Nuestra generación es la primera con las herramientas para ver cómo hemos cambiado la Tierra y cómo nos ponemos en peligro. También somos la última generación con la oportunidad de influir en el curso de la mayoría de los cambios. Ahora es el momento de actuar, no a medias y de manera paulatina, sino de manera drástica y audaz”, dijo Guenter Mitlacher, Director de Política Internacional de Biodiversidad, WWF Alemania.

Además del informe de la evaluación global del IPBES, casi 600 líderes de la conservación de todo el mundo han respaldado la iniciativa Call4Nature para la acción global, con el objetivo de detener el deterioro de la naturaleza. Se han sumado científicos de resonancia internacional, expertos en vida silvestre y personalidades públicas como Jane Goodall, el presentador de televisión Chris Packham y la actriz francesa Juliette Binoche. Call4Nature es una carta abierta impulsada por WWF que subraya la urgente necesidad de acción de los líderes políticos para detener la desaparición de la vida en la Tierra.


Citas de expertos sobre las causas principales del cambio climático enumerados en el Informe de Evaluación Global de IPBES:

Cambio climático

Manuel Pulgar-Vidal, líder de la práctica energética y climática global de WWF, dijo: 
Nos enfrentamos a una crisis ambiental. El vínculo entre un sistema climático estable y la protección de la biodiversidad es inequívoco. El informe de la IPBES aclara que el cambio climático es a la vez un factor clave y una creciente amenaza para la degradación de la biodiversidad. Un cambio de la temperatura global a más de 1.5 grados centígrados tendrá consecuencias más catastróficas en la delicada red de la vida de la que dependen la naturaleza y las personas.

Debemos dar prioridad al bienestar de nuestro planeta. Debemos presionar a nuestros políticos para que tomen medidas decisivas, en el país y en el mundo, para forjar un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas.

Vida Silvestre

Christo Fabricius, líder Científico de Vida Silvestre Global de WWF, dijo: 
La ciencia nunca ha sido más rigurosa, la disminución de las poblaciones de vida silvestre y su hábitat son un indicador del gran impacto de la presión que estamos ejerciendo en nuestro planeta, erosionando el tejido que nos da vida a todos. Sin embargo, también tenemos una oportunidad única para redefinir nuestro enfoque. Necesitamos volver a integrar el bienestar de las comunidades, particularmente aquellas que conviven con la vida silvestre en paisajes con una riqueza de biodiversidad en todas las iniciativas de conservación. Este enfoque renovado requiere extender nuestra atención a las especies menos carismáticas cuya supervivencia es fundamental para la salud de nuestro planeta. Necesitamos un nuevo acuerdo para la gente y la naturaleza.

Agua Dulce

Stuart Orr, líder de la práctica global de Agua Dulce de WWF, dijo:
Donde quiera que miremos, la naturaleza nos está advirtiendo con señales rojas. Pero incluso, el estudio de la IPBES minimiza la emergencia que enfrentan los ríos, los humedales y las especies de agua dulce, y la urgencia que tenemos para transformar nuestra gestión de los recursos de agua dulce de valor incalculable. Mejor gobernanza y una mayor acción colectiva, incluyendo a las comunidades, empresas y ciudades, es fundamental. El mundo también necesita comenzar a valorar el agua y los ríos saludables por los diversos beneficios que brindan a las personas y la naturaleza.

Océanos

John Tanzer, líder de la práctica global de Océanos de WWF, dijo:
Este informe debería eliminar cualquier duda de que los océanos están bajo una enorme presión. Desde los arrecifes hasta los manglares, los peces y las poblaciones de fauna marina, la ciencia nos dice que estamos erosionando rápidamente los recursos naturales de nuestros mares. El informe también deja en evidencia que el bienestar de los humanos depende de océanos saludables, lo que significa que el desafío que enfrentamos es claro, al igual que las soluciones. Las comunidades costeras necesitan una mayor asistencia para proteger sus hábitats más productivos, como los arrecifes de coral y los manglares. Esto también aumentará su resiliencia al cambio climático. Debemos dejar de explotar de manera insostenible las pesquerías de nuestros océanos o enfrentar la perspectiva de mares cada vez más sin vida. Los gobiernos deben asumir un enfoque mucho más ambicioso y colaborativo para proteger y reconstruir las poblaciones y hábitats de la vida silvestre de los océanos, desde las costas hasta alta mar. La inversión para conservar los océanos es una aportación para el futuro de la salud humana y la economía.

Alimentos:

Joao Campari, líder de la práctica global de Alimentos, dijo:
El Informe de Evaluación Global de IPBES es un llamado para que los líderes políticos, empresariales, financieros y comunitarios tomen medidas o, en caso contrario, pongan en riesgo el futuro de nuestro planeta. Destaca no solo la disminución de la biodiversidad silvestre sino también de la agrobiodiversidad. Ahora mantenemos menos variedades de plantas y animales en nuestro sistema alimentario, reduciendo nuestra capacidad de resistencia frente a futuros cambios climáticos, plagas y enfermedades, y por supuesto nuestra seguridad alimentaria a largo plazo.

Fuente: vidasilvestre.org.ar

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