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¿Qué es la solastalgia y por qué generaría problemas mentales?

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El calentamiento global podría tener impacto en la salud mental de los seres humanos. El médico psiquiatra José A. Posada Villa, explica de qué se trata este fenómeno que se conoce como Solastalgia.

La vida humana ha evolucionado dentro de un ambiente de temperatura, humedad y radiación solar que no ha variado mucho durante miles de años. Pero actualmente, cuando el mundo enfrenta el cambio climático, los expertos pronostican que dicho fenómeno tendrá  impactos significativos adversos en la salud mental.

Es costumbre ver la salud física y la salud mental como dos aspectos separados y considerar los aspectos emocionales como menos importantes, pero lo cierto es que el cambio climático está generando graves problemas en este aspecto.

Los efectos del cambio climático en la salud mental se pueden observar en tres aspectos. En primer lugar, el efecto en los determinantes sociales, económicos y ambientales que afectan la salud mental. En una segunda instancia, los impactos directos del cambio climático, a través de los fenómenos meteorológicos extremos, que tienen un efecto inmediato en el estado mental de la persona y, por último, la amenaza ambiental global que crea angustia sobre el futuro.

A pesar de las diferencias culturales, las personas y comunidades muestran algunos patrones comunes de respuesta mental a los desastres. El estrés agudo es la respuesta más frecuente y los síntomas disminuyen una vez que se han restablecido las condiciones de seguridad y protección. Algunas personas, sin embargo, continuarán experimentando trastorno de estrés postraumático, así como otros problemas relacionados con el estrés tales como duelo complicado, depresión, trastornos de ansiedad, trastornos somatoformes, abuso de drogas y alcohol, ideas suicidas, comportamientos agresivos y violencia doméstica.

Las personas que viven en zonas con mayor riesgo de desastres experimentan importantes problemas de salud mental, especialmente durante ciertas épocas en las que la comunidad tiene que convivir con la incertidumbre, la ansiedad y el temor constante incluso antes de que ocurra una catastrofe.

A esos sentimientos que surgen cuando un entorno cambia tanto que afecta de manera negativa la salud mental y la calidad de vida se le conoce como Solastalgia. El filósofo Glenn Albrecht de la  Universidad de Newcastle en Australia, acuñó el término, que se usa cada vez con mayor frecuencia en el ámbito académico. Es un concepto desarrollado para dar mayor significado y claridad a la angustia inducida por los problemas ambientales. El término es una fusión de la palabra latina solacium o consuelo y algia, dolor. A diferencia de la nostalgia o melancolía que experimentan los individuos cuando están separados del hogar o de personas queridas, la solastalgia es un término creado para describir las emociones de la gente cuando cambia su entorno.

La solastalgia puede surgir tanto de causas naturales como antrópicas. Las causas naturales incluyen volcanes, terremotos y tsunamis, huracanes, incendios forestales, sequías e inundaciones, mientras que las de origen humano incluyen por ejemplo las guerras o la explotación inadecuada de recursos naturales como la deforestación o la minería a cielo abierto. Estas dos categorías no están completamente separadas, por supuesto. Las acciones humanas, particularmente las que dan rienda suelta al cambio climático, contribuyen a varios de los ejemplos de cambios “naturales” que se mencionan.

La solastalgia habla de un problema mental cada vez más relevante, en el que un lugar familiar se vuelve irreconocible por el cambio climático o la acción irresponsable de las grandes empresas y el ambiente se vuelve repentinamente poco acogedor para sus habitantes.

El fenómeno de la solastalgia es evidente. Cuando se pasa por cualquier sitio de desastre (inevitable en este momento no pensar en Hidroituango, por ejemplo), las personas expuestas al cambio ambiental están experimentando un efecto negativo que se ve agravado por una sensación de impotencia o falta de control sobre el proceso de cambio que se presenta.

Una de las razones del interés en el concepto de solastalgia es que estamos en medio de una pandemia de angustia relacionada con el destino del planeta Tierra, que tiende a empeorar a medida que se consolida cada vez más el modelo de desarrollo imperante.

Las personas que permanecen en hogares con un ambiente severamente deteriorado, experimentan solastalgia porque la tierra que las rodea ya no se parece al hogar que conocían y amaban y reclaman apoyo y consuelo en un ambiente hogareño más natural y humanizado.

La salud mental proporciona a las personas y comunidades la vitalidad necesaria para una vida activa, para alcanzar metas y para interactuar de manera respetuosa y justa.

El desafío es utilizar la inteligencia y creatividad que aportan una buena salud mental para dar lugar a un mundo donde las emociones positivas puedan prosperar. A pesar del enorme desafío del cambio climático, se saben cuáles son la mayoría de las soluciones y hay muchas acciones que los ciudadanos pueden realizar individual y colectivamente para producir la diferencia a nivel familiar, local, nacional y global. Cuando las personas son conscientes de que algo pueden hacer para resolver el problema, están en mejores condiciones para pasar de la solastalgia y la desesperanza a una sensación de empoderamiento y desarrollo de soluciones efectivas al problema.

Ahora que la solastalgia y otros términos por el estilo toman fuerza en el ámbito científico como reconocimiento del daño que los ambientes degradados y desolados hacen a la salud mental, es posible que se pueda responder de manera más efectiva para restaurar simultáneamente la salud mental y el ecosistema

Algunas recomendaciones:

  • Tener razones para vivir.
  • Fortalecer autoestima y autoconfianza.
  • Aprender sobre el cambio climático y compartir con otras personas.
  • Fortalecer las redes de apoyo: familiares, amigos, vecinos, colegas.
  • Mantener el arraigo al territorio.
  • Mantener y fortalecer las expresiones culturales.

Foto: Pixabay

Fuente: semana.com – 10/6/18

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