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Punto de encuentro entre las Empresas, el Medio Ambiente y la Sustentabilidad

El Futuro de la Selva

El máximo funcionario del área ambiental de la provincia de Misiones toma partido en relación con algunas de las nuevas opciones para hacer más sustentables los ecosistemas selváticos y transformar en un elemento económico la captura de carbono producida en los mismos.

Las ciencias forestales tradicionales determinan que una Selva, en términos económicos, representa un Capital; parahacer sustentable su explotación solo hay que cosechar (extraer) el Interés de ese Capital (el crecimiento de los árboles), sin tocar o manteniendo intacto al Capital, con ello se obtiene el mantenimiento del Recurso Natural Renovable a perpetuidad.

Sin embargo en la práctica, ya sea porque se parte de una Selva disminuida en sus principales existencias maderables, porla avaricia de los que la explotan en ese momento, por las tasas o impuestos que hay que pagar, por el bajo precio de la madera,etc., en general cuando se explota una Selva se saca el interés y parte del capital.

El final de esta situación, aunque resulte paradójico,es casi lógico: paulatinamente se va degradando el Recursoy la no sustentabilidad deviene en conversión (para agriculturao para actividades ganaderas).

No importa demasiado que la “agricultura sobre cenizas” decaiga rápidamente y la erosión se presente enforma inmediata, obligando al que la práctica a realizar siempre más de lo mismo, o que la ganadería extensiva sobre pasturas poco aptas y animales de raza índica tenga niveles muy bajos de rentabilidad.

El tema es que invariablemente se pierde la Selva y con ella se van los beneficios sociales directos que brinda: protección del suelo y de las aguas, fijación de gases de efecto invernadero (GEI), liberación de oxígeno, etc.

Pero aunque la Renta de la Selva disminuya, mientras que ésta quede en pie la matriz o el soporte medio ambiental permanece intacto y esto es muy importante y benéfico para la Sociedad en su conjunto.

Cada vez, entonces, se va imponiendo el concepto de que la madera sola no garantiza la sustentabilidad del ecosistema.

Y como la Selva aporta beneficios a la sociedad, como es la fijación de dióxido de carbono (gas causante del efecto invernadero y del recalentamiento del globo terráqueo), la liberación de oxígeno, que es indispensable para la vida humana, en tanto que la biodiversidad, todavía no estudiada, puede aportar soluciones para el ser humano (remedios para enfermedades actuales o futuras, recursos textiles, alimentos, etc.) resulta imperioso para el Mundo la conservación de estos Ecosistemas.

Por tanto si conjugamos los dos aspectos descriptos (la no sustentabilidad del ecosistema con la madera y la necesidad del mundo del mantenimiento de las Selvas) se genera el concepto de “que el contamina paga, el que descontamina cobra”.

Después de la Eco-Río `92 y la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático en Kyoto el año pasado, nuevos paradigmas empiezan a visualizarse para que el dueño de las Selvas acceda a otros horizontes, que no sea exclusivamente el valor maderable.

Brevemente podemos considerar los Bonos de Carbono, la Biodiversidad y los Certificados de Origen o Eco-etiquetado.

Los Bonos de Carbono son en principio los más importantes y los que en forma más cercana pueden aportar soluciones. Las empresas que contaminan deben adquirir Bonos de Carbono que pueden emitir quienes efectivamente estén “stockeando”carbono en sus forestaciones o en sus Selvas.

La autora Frances Caineross, en su libro Las Cuentas de la Tierra, expresa: “Transferir a los países que cuentan con selvas el valor efectivo que el resto del mundo atribuye a sus árboles podría ser el mejor incentivo para su conservación. Un estudio realizado por el profesor Pearce ha establecido un baremo para medir dicho valor. En él se analiza la posibilidad de pagar a estos países un `crédito de carbono’que representa el valor que se concede a la preservacióndel planeta permitiendo crecer árboles que controlan el crecimiento del contenido de carbono en la atmósfera. Las estimaciones del daño que puede ocasionar, fundamentalmente por la elevación del nivel del mar, se cifra en 13 dólares por tonelada de Carbono. Las Selvas tropicales capturan unas 100 toneladas de carbono/ha/año¨. ¿Por quéno pensar en Misiones, por ejemplo?

También la rica biodiversidad de las Selvas debe empezara mirarse con otro concepto, siguiendo la misma autora que citamos:”Muchas de las medicinas que se venden en las farmacias occidentales se han elaborado a partir de plantas o (más raramente) de animales e insectos. A mediados de la década de los`80, el valor de las medicinas obtenidas de plantas adquiridas en los países de la OCDE (países industrializados)ascendía a unos 43.000 millones de dólares… (…) Pero los laboratorios rara vez han invertido en investigacionessobre medicina en países en vías de desarrollo.(…) Las compañías farmacéuticas prefieren cultivar las plantas lo más cerca de sus sedes, es decir en el mundo desarrollado, o sintetizarlas; de cualquier modo,el país de quien procede la planta en cuestión pierde su fuente de ingreso”. Costa Rica está desarrollando una interesante experiencia al respecto.

Finalmente los sellos de garantía, denominados Eco-etiquetado, de productos obtenidos en forma sustentable de la Selva, maderables o no maderables, como pueden ser frutas, palmitos, látex, resinas, nueces, etc., consumidas y pagadas por una clientela responsable también pueden ser la clave de ingresos y formas de vida digna para los pobladores locales, que ahora convencidos y gratificados por los usos alternativos de la Selva, la preserven y contribuyan a su mantenimiento.
Como se puede apreciar, la conservación de lo que resta de Selva Misionera es una tarea que trasciende nuestra provincia, que mucho ha hecho al respecto.

En primer lugar, depende de lo que estén dispuestos a aportar (voluntariamente o con impuestos) los ciudadanos que contaminan desde las grandes urbes y tienen altos estándares de vida, sean del país, de la región o del mundo, por ejemplo a través del mecanismo de los bonos de carbono, luego de la responsabilidad de los consumidores (de medicamentos, de fibras, de alimentos, de madera, etc.) que estén de acuerdo enpagar precios justos por los productos de la selva y finalmente del interés de toda la sociedad para que no se extinga la enorme biodiversidad que encierra un bioma tan caracterizado como la Selva Misionera (50% de los pájaros de Argentina, algo más del 35% de los mamíferos, etc.).

Las decisiones, entonces, sobre el futuro de la Selva Misionera trascienden a los propios misioneros, son responsabilidad de todala región y los tiempos se acortan inexorablemente, eshora de actuar y de hacerlo rápido.

Estamos a tiempo, el desafío es formidable, pero el resultado puede ser fascinante, los invitamos a participar…

(*) Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovablesde Misiones.

© Revista Ecología& Negocios Nº 12

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