Río por río
Al mismo tiempo, el superintendente de Irrigación describió la situación hídrica de la provincia y detalló afluente por afluente. “El río Mendoza está mejor que el año pasado, producto de las nevadas, pero estamos por debajo de la media proyectada. Luego, la situación del río Tunuyán es grave. Fue un año de muy poca agua y estamos por debajo de los niveles de la temporada anterior. Encima es un río que tiene muchísimas hectáreas de riego y perjudica a productores del Valle de Uco y el Este mendocino”, precisó.
Y agregó: “El río Diamante aparece igual que el año pasado y eso que la temporada anterior fue la peor de los últimos 50 años, en esta cuenca. Tanto el río Atuel como el río Grande pinta mejor, pero están por debajo de los niveles históricos. Esto nos indica que hay que cuidar el agua”.
Vivir sin derrochar agua
Sergio Marinelli destacó que la tendencia en el mundo científico es a “la baja” y que “los ciudadanos tenemos que aprender a no desperdiciar el agua potable”. Por ende, apuntó que los mendocinos como los productores agrícolas “tienen que entender que estamos en una sequía extrema”. Ante esto, el funcionario tomó como ejemplo al río Mendoza y lo analizó desde diferentes perspectivas, a partir de la acumulación de agua en el dique y la distribución que necesita la actividad agrícola para el riego.
“Para este 2022, el río Mendoza la proyección del caudal sería un aproximado a 830 hectómetros cúbicos. Y estamos hablando, que el promedio de este río es de 1.280 hm3. Sin embargo, con todas las refacciones realizadas hasta el momento llegamos a 710 hm3 y en números sería que estamos con el 68% del agua acumulada”, subrayó.
Y sumó: “Porque también hay que hablar de la oferta, que es la nieve en alta montaña y lo que efectivamente le llegan a los productores agrícolas. Ya que las plantas de agua potable consumen 250 hectómetros cúbicos, con lo cual el río Mendoza pasó de una sequía moderada a una sequía extrema, comparada con otros caudales. Por eso, es el río que menos agua por hectárea tiene y queda demostrado que el agro se lleva el grueso del interior de la provincia”.
Además, resaltó que los productores deben renovar sus prácticas de riego, ya que están produciendo daños irreparables para el consumo del agua potable provincial. “En la distribución del río Mendoza le quedaron 6.000 metros cúbicos por hectáreas a mitad de este año, una villa necesita 7.000 m3 * ha-1 y esto demuestra que hay un daño agronómico. Si los propietarios no innovan con sus prácticas mediante perforaciones de pozos para ampliar su riego, la pasarán muy mal y entre se destacan productores de fruta y oliva. Porque tienen un consumo mayor hasta incluso el doble”, sentenció.
Fuente: mdzol.com/
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