El metanol verde, también conocido como “e-metanol”, se produce mezclando dióxido de carbono (CO2) e hidrógeno verde, que se produce mediante electrólisis del agua con electricidad producida a partir de energías renovables.
Según el Instituto Superior de Economía Marítima francés (ISEMAR), el transporte marítimo contamina más que el aéreo a nivel mundial.
Es responsable del 2,89% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según las últimas cifras publicadas por la Organización Marítima Internacional (OMI).
A principios de 2022, el armador danés dio a conocer un amplio plan estratégico para eliminar progresivamente el uso de gasóleo, con el fin de cumplir los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero fijados por la Unión Europea en el marco del Acuerdo de París.
Maersk también invirtió en la producción de metanol verde ante la falta actual de oferta en el mercado, y lanzó a finales de 2022 un gran proyecto en España.
Con el apoyo del gobierno español y la participación de socios privados, el proyecto planteaba movilizar una inversión de unos 10.000 millones de euros (10.660 millones de dólares al cambio actual) para crear dos grandes centros de producción de metanol verde, uno en Andalucía (sur) y otro en Galicia (noroeste).
El grupo danés tiene como objetivo producir dos millones de toneladas de metanol verde al año para 2030, suficiente para permitir descarbonizar el 10% de su flota de buques.
Maersk tiene previsto producir internamente en cinco o seis plantas repartidas por todo el mundo. Además de España, la multinacional también seleccionó Egipto.
Por otra parte, las emisiones de CO2 procedentes de energías fósiles aumentaron en 2022 un 0,9% y alcanzaron un nivel récord, aunque menor del previsto gracias a las energías verdes que compensaron en parte la mayor demanda de petróleo y carbón, indicó la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
“El riesgo de un crecimiento desenfrenado de las emisiones por un mayor recurso al carbón en un contexto de crisis energética no se materializó”, señala el informe, basado en datos públicos nacionales.
“El auge de las energías solar y eólica, de los vehículos eléctricos, de la eficiencia energética y otros factores frenaron el aumento del CO2″, explica la entidad, creada en 1974 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para asesorar a los países ricos en temas energéticos.
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