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Proyecto de declaración de Emergencia Forestal Nacional

Este proyecto de declaración elaborado por el diputado Miguel Bonasso, fue aprobado por unanimidad por la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados el 24 de Agosto de 2004, pero no fue tratado aún en el recinto por observaciones realizadas por el diputado nacional Carlos Daniel Snopek (Partido Justicialista Jujuy).

La Cámara de Diputados de la Nación:

DECLARA:

 

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo a través del Ministerio del Interior, arbitre las medidas tendientes a declarar la emergencia forestal nacional y en consecuencia disponer, en acuerdo con las provincias, la prohibición absoluta de desmontes de los recursos forestales nativos en todo el territorio argentino hasta tanto se sancione una Ley de Presupuestos Mínimos para la protección de los mismos

FUNDAMENTOS

 

Un informe oficial de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en el marco del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación; dado a conocer a fines del abril, determinó que nuestro país perdió el 70% de su patrimonio forestal nativo en los últimos 70 años.

Según este informe de las 107.260.000 has de bosques nativos que contabilizó el censo forestal de 1935, sólo quedan 33.190.400. Es decir que hace 70 años el 39% del territorio nacional estaba cubierto por bosques; mientras que hoy es cifra sólo llega al 12% de nuestro territorio. Los incendios, la tala y el avance de la frontera agropecuaria, acentuada por la fiebre de la soja en la última década, son las principales causa de esta disminución.

El informe oficial advierte que junto con la pérdida de nuestro patrimonio forestal, se pone en peligro el 40% de sus especies vegetales y animales. Actualmente están en peligro de extinción: el pino Paraná y el palo rosado, en Misiones; los lapachos, las quínoas y el roble amburana, en la selva de yungas; el palo santo y algunas especies de quebrachos, en el Chaco; y los alerces y algunas araucarias y cipreses en el Sur.

Durante años hubo un manejo absolutamente extractivo de nuestros recursos forestales; sin ningún tipo de planificación, el que llegaba los explotaba, los degradaba y se iba (tal es el caso de La Forestal en Chaco). Hoy diversas provincias han tomado medidas para evitar esta degradación de su hábitat natural. En la provincia de Entre Ríos la justicia ordenó paralizar los desmontes sobre la superficie de bosques nativos hasta tanto no se cuente con estudios de impacto ambiental y normas que regulen la sustentabilidad del recurso. Por otra parte en la provincia de Santiago del Estero, la intervención federal suspendió por seis meses, prorrogables por otros tres meses por el Poder Ejecutivo, el otorgamiento de permisos de desmontes de bosques y montes de propiedad nacional, provincial, municipal y privados que se encuentren en el territorio provincial. También se solicita que se revisen los permisos de desmontes existentes, que se realice una propuesta integral para la reformulación de los principios y normas que rigen la materia (incluyendo una nueva zonificación para los desmontes y un régimen de sanciones que incluya la reposición de cortinas forestales) y la creación de un cuerpo de guardabosques voluntarios para que controlen los desmontes clandestinos, entre otras medidas. Por su parte el gobierno de la provincia de Misiones decretó la paralización preventiva por el plazo de un año de las explotaciones forestales de casi diez mil hectáreas que integran la Reserva de Biosfera de Yabotí; con el fin de poder realizar en ese plazo un monitoreo del plan de desarrollo sustentable de la reserva.

Mientras estas provincias implementan medidas para proteger los recursos forestales nativos de todos los argentinos, otras van en el sentido opuesto. Así, la provincia de Salta recientemente desafectó del Sistema de Áreas Protegidas una Reserva de 25.000 has para venderla a particulares. Esta Reserva había sido creada para proteger parte del Chaco Semiárido y de la Selva Pedemontana de las Yungas; dos de las regiones naturales más amenazadas por el avance de la frontera agropecuaria; y era la única reserva en su tipo en todo el noroeste.

Justamente en el norte de nuestro país es dónde los desmontes son mayores debido al avance del monocultivo de soja. ìEn números redondos la áreas deforestada alcanzaron en cuatro años (1998-2002) las 117.974 has en

Chaco, alrededor de 220.000 en Santiago del Estero y superan las 170.000 en Saltaî (Walter Pengue 2004). ìCon la deforestación empieza el proceso de alteración del suelo, disminución de la productividad agrícola y, a largo plazo, el cambio del ciclo hidrológico, que actuará como un boomerang ecológico al originar un proceso de desertización ambientalî (Ramón Zuccardi, 1996)

Sr. Presidente: los resultados del reciente informe oficial son preocupantes ya que ponen en evidencia la situación crítica en la que se encuentran nuestros recursos forestales nativos y las consecuencias negativas que esto acarreará al futuro de todos. Los bosques y montes nativos, que siguen desapareciendo a una tasa de 30.000has por año, poseen una biodiversidad valiosísima tanto en términos genéticos como económicos, ambientales y sociales. Controlan el régimen de humedad, brindan el oxígeno esencial para la vida, evitan la erosión del suelo y mejoran la calidad del aire, entre otros beneficios.

El Artículo 41 de nuestra carta Magna establece que: ì Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo . El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica , y a la información y educación ambientalesî.

Por lo tanto, es deber del Estado proteger nuestro patrimonio forestal nativo.

Por todo lo expuesto y considerando la urgencia del tema, es que solicito a mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.

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