skip to Main Content
Punto de encuentro entre las Empresas, el Medio Ambiente y la Sustentabilidad

En lo que va del año ya fueron asistidos 222 animales hallados en la costa bonaerense

Noticias

Muchos ejemplares aparecieron heridos, enredados en basura o desnutridos; el papel del comportamiento humano en las lesiones

El año comenzó con una señal de alerta innegable. Durante la primera semana de febrero, en medio de playas abarrotadas de turistas del Partido de la Costa, se hallaron siete tortugas laúd muertas. Los ejemplares encontrados, de la especie de tortuga marina más grande del mundo -y en peligro de extinción-, aparecieron con apenas unos pocos días de diferencia, y mostraban condiciones similares: al hacer biopsias de sus cuerpos, los especialistas del equipo de rescate de Mundo Marino encontraron que la mayoría tenía restos plásticos en su organismo.

“Hallamos restos plásticos de cualquier cosa que te imagines. Tapitas de gaseosa o botellas de agua, hasta colillas de cigarrillo”, detalla Sergio Rodríguez Heredia, biólogo responsable del centro de rescate de la Fundación Mundo Marino. Una de las tortugas, además, presentaba signos de haber quedado atrapada: tenía restos de soga y marcas en sus aletas.

La mortandad de tortugas laúd sirvió como predictor de lo que iba a observarse en los meses siguientes. Desde entonces, en solo seis meses, esa entidad en la que trabaja el Rodríguez Heredia asistió a 222 animales marinos y costeros; la mayoría víctimas directas o indirectas de la acción humana. Entre estos, hubo, sobre todo, pingüinos, lobos marinos y tortugas. Entre los asistidos fue común el hallazgo de heridas por objetos punzantes, ingesta de residuos dejados por humanos, atascamiento en redes, desnutrición o incluso heridas de perros.

Al Rodríguez Heredia le gustaría creer que estos números son una excepción, pero están cerca de lo que a esta altura de su vida, con 33 años de experiencia en rescates de animales, puede considerar la regla. “A la gente le decís que rescatamos 222 animales y se alarma, porque no hay mucha noción en la sociedad de lo que sucede en el mar ni del impacto de la actividad humana en el mar. Pero a nosotros esos números lamentablemente no nos llaman la atención, se repiten año tras año”, explica.

Por el poco conocimiento general sobre lo que sucede en las profundidades del mar, él celebra el streaming del Conicet, que le permitió a los argentinos poder observar la biodiversidad que vive debajo de la costa argentina. Asimismo celebra cuando, desde los medios y las redes sociales, se le da visibilidad a mortandades masivas de animales marinos por actividades humanas, o cuando se cubre su reinserción en su hábitat, luego de largos tratamientos.

“Tenemos una biodiversidad valiosísima. Y la gente no suele percatarse de ello. Somos conscientes muchas veces del impacto de las actividades humanas en tierra, incendios y la contaminación, por ejemplo. En el mar pasan cosas gravísimas: la basura, la utilización de sonidos, los derrames de petróleo. Entonces, ¿Cómo nos damos cuenta de lo que pasa debajo del mar? Frente al hallazgo de estas criaturas que nos están diciendo algo. Un pingüino empetrolado nos dice algo, nos muestran lo que está pasando fuera de nuestra vista”, afirma.

Fundación Mundo Marino, principal centro de derivación de animales heridos o enfermos del Partido de La Costa, cuenta con un equipo de rescate y rehabilitación de animales marinos y costeros. El equipo hace recorridas periódicas por las playas, pero también tiene un sistema de atención a los llamados de las personas o de las autoridades, que son quienes muchas veces encuentran a los animales heridos.

El primer paso, explica Rodríguez Heredia, es descartar que la razón por la que el animal se encuentre en la playa no sea natural. Hay animales que salen a descansar, explica. Otros que, por su edad prolongada o por otros motivos propios de la naturaleza, salen a la superficie a morir. “En esos casos no intervenimos. Lo que hacemos es llamar a algún voluntario para que se quede cuidando al animal, especialmente para que los turistas no se acerquen”.

Sí intervienen, en cambio, en el resto de los casos. Este año, destacan desde Mundo Marino, el 45% de los ingresos -101 animales- fueron mamíferos marinos. En muchas ocasiones, los rescatistas encontraron lobos marinos con heridas en el cuerpo y miembros.

Detallan el caso de un lobo marino macho juvenil, que ingresó con un corte de 10 centímetros de largo en la base del cuello, probablemente producido por algún elemento filoso. El tratamiento requirió de antibióticos, drenaje y varias curaciones. El animal logró sanar completamente y, después de más de dos meses de rehabilitación intensiva, fue reinsertado en su hábitat.

“Cuando llegan así, con heridas tan profundas que dejan el hueso a la vista, es imposible no pensar en qué situación podría haber llevado a un animal salvaje a semejante estado. Y casi siempre, la respuesta tiene que ver con el impacto de las acciones humanas en su ecosistema”, explica Bianca Mancini, veterinaria de la Fundación Mundo Marino.

Las tortugas marinas representaron otro grupo alarmante, afirman desde la fundación. Asistieron este año a 45 individuos, la mayoría hallados sin vida. Solo 6 fueron rescatados vivos y pudieron ingresar en rehabilitación. “En varios casos, se identificaron signos de enmallamiento, ingesta de plásticos o interacción con anzuelos”, destacan desde la fundación. Una de estas tortugas llegó con una bolsa atrapada en el pico y logró ser salvada. Otras en cambio, no tuvieron la misma suerte.

Atendieron también a 76 aves marinas, la mayoría pingüinos, y la causa más frecuente fue la desnutrición. En muchos casos, se trató de pingüinos juveniles en su primer viaje migratorio. “Muchos de ellos fueron encontrados con deshidratación, hipotermia y alto grado de parasitismo, condiciones que en varios casos resultaron fatales. Incluso se registró un pingüino saltarín empetrolado en la zona de Pinamar y reportes de más ejemplares afectados en otras áreas del sur bonaerense”, detallan.

La reinserción

Como balance del semestre, desde Mundo Marino destacan casos exitosos de reinserción, como el de un pingüino rey, especie poco común en las costas bonaerenses, que fue reinsertado tras una rehabilitación prolongada por sus heridas. Las hipótesis de los especialistas indican que las lastimaduras podrían haber sido causadas por mordeduras de perros. En mayo, once pingüinos magallánicos volvieron a su hábitat, luego de meses de tratamiento. Regresaron al mar frente a la mirada atenta de 60 estudiantes de escuelas primarias de la zona.

Autora: María Nöllmann
Foto: Fundación Mundo Marino
Fuente: lanacion.com.ar/

This Post Has 0 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back To Top