La región de Goldfields, que se encuentra en el interior del estado de Australia Occidental, a unos 600 kilómetros al este de Perth, es un importante centro de extracción de oro, níquel y otros minerales, pero también alberga ecosistemas únicos, con extensas áreas de matorral y desierto, donde sobreviven especies de flora y fauna endémicas.

Según alertó la investigadora, “muchas empresas mineras aún no realizan estudios sobre las abejas nativas, por lo que podríamos estar perdiendo especies sin siquiera saber que existen”.

El descubrimiento coincide con la Semana Australiana de los Polinizadores, que celebra la importancia de las abejas, mariposas y otros insectos en el mantenimiento de los ecosistemas y la producción de alimentos.