En una era de pérdida generalizada de biodiversidad, el hallazgo destaca la importancia de la nueva tecnología que puede soportar altas presiones en entornos de aguas profundas para documentar organismos no descubiertos, dijo Weston, quien forma parte de un equipo que explora activamente las aguas profundas frente a la costa de Argentina.

Aunque las fosas hadales son remotas, no están completamente aisladas, añadió.

Weston y sus colegas descubrieron una nueva especie en 2020 en la Fosa de las Marianas llamada *Eurythenes plasticus* por las fibras microplásticas detectadas en su intestino.

Y cerca de Puerto Rico, Weston identificó recientemente un isópodo que se alimenta exclusivamente de sargazo, un tipo de alga abundante en el océano Atlántico que puede hundirse hasta el fondo del océano en solo 40 horas. “El océano profundo está muy conectado con lo que sucede en la superficie”, dijo.

La investigación sobre los ecosistemas de aguas profundas tiene solo unas pocas décadas, y la tecnología para nuevos descubrimientos está mejorando. Pero Du añadió que es importante que diferentes países y disciplinas científicas colaboren en futuros esfuerzos.

El Programa Global de Exploración Hadal, codirigido por la Unesco y la Academia China de Ciencias, tiene como objetivo hacer precisamente eso al crear una red de científicos de aguas profundas de múltiples países.

Du espera que ella y su equipo puedan aprender más sobre los ecosistemas de las fosas hadales estudiando cómo estas especies se han adaptado a profundidades tan extremas.

“Aunque vemos la fosa hadal como un entorno muy extremo, el entorno más inhóspito… (los organismos quimiosintéticos) pueden vivir felizmente allí”, dijo Du.

Autor: Marlowe Starling