Las zonas secas esconden una diversidad desconocida y subestimada durante décadas
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Conocer los rasgos y la caracterización de la diversidad fenotípica de los ecosistemas es clave para anticipar los efectos del cambio global sobre la biodiversidad y el funcionamiento de la biosfera.
Con “diversidad fenotípica” los científicos se refieren a la variedad de características observables de los organismos en un ecosistema, como el tamaño, la forma, el color y el comportamiento. Entender esta diversidad ayuda a predecir cómo los cambios en el clima, el uso del suelo y otros factores ambientales pueden afectar a las especies y a la estructura de los ecosistemas en los que se encuentran. Sin embargo, esa compresión, por ejemplo en lo que tiene ver con las plantas, se ha concentrado en los llamados biomas mésicos, es decir, en aquellos ecosistemas que tienen un suministro constante y adecuado de agua.
Al menos así lo creen unos investigadores en un reciente estudio publicado en Nature. Allí se proponen ampliar el conocimiento sobre la diversidad de los organismos de las tierras secas y con aridez.
A pesar de que cubren alrededor del 45% del área terrestre del planeta, están presentes en todas las latitudes y continentes y se prevé que se expandirán debido al cambio climático y aumentos asociados en la aridez, seguimos comprendiendo poco de ellas. Para intentar llenar algunos de esos vacíos, los investigadores eligieron 98 sitios ubicados en 25 países, que abarcan una variedad de condiciones de aridez, es decir, desde áreas extremadamente secas hasta regiones un poco más húmedas. En todos ellos, midieron 20 rasgos diferentes de las plantas, divididos en tres categorías.
La primera categoría incluyó el análisis de 14 elementos químicos en las hojas de las plantas, incluyendo carbono (C), nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), magnesio (Mg), calcio (Ca), azufre (S), zinc (Zn), sodio (Na), cobre (Cu), manganeso (Mn), hierro (Fe), bario (Ba) y aluminio (Al). Estos elementos son esenciales para la salud y el crecimiento de las plantas. La segunda categoría midió el tamaño de las hojas y de la planta en general, considerando su extensión lateral, su altura máxima, la longitud de las hojas y su área total.
Finalmente, se evaluaron dos aspectos relacionados con la eficiencia del uso de carbono en las hojas: el área foliar específica (SLA), que indica cuánta área de hoja se obtiene por unidad de masa, y el contenido de materia seca de las hojas (LDMC), que muestra cuánta masa seca tienen las hojas en relación con su área. El estudio abarcó 1.347 observaciones de 301 especies de plantas repartidas por diferentes latitudes y continentes. En total, se realizaron 133,769 mediciones. Los resultados arrojaron hallazgos muy interesantes.
Mayor diversidad
Los investigadores identificaron un umbral en el cual esta diversidad de rasgos cambia. Este umbral se encuentra alrededor de un valor de aridez de 0.7. Por debajo de este umbral, la diversidad de rasgos es menor y se incrementa notablemente cuando se supera este valor. Por ejemplo, en las áreas más secas que superaron el umbral, la diversidad de rasgos aumentó en un 88.1%. Esto indica que las plantas en los ambientes más áridos tienen una gama más amplia de características.
“Los pastizales de tierras secas más áridas albergan una diversidad de rasgos única, lo que resalta su importancia como reservorio global de forma y función de las plantas y refuerza la importancia biológica y evolutiva de los ecosistemas de tierras secas”, escriben los autores del estudio.
En lugares con aridez mayor a un valor de alrededor de 0.7, los rasgos de las plantas ya no están tan interrelacionados como en condiciones más húmedas. Esto significa, explican los autores en la investigación, que en las regiones más secas, los rasgos de las plantas se vuelven más independientes entre sí, lo que contribuye a una mayor diversidad funcional. Esta independencia permite a las plantas adaptarse de manera más flexible a las duras condiciones ambientales, dando lugar a una variedad de fenotipos que pueden desempeñar roles ecológicos distintos y adaptativos en estos ecosistemas extremos.
En lugares secos, la cobertura vegetal tiende a disminuir. Esto puede significar que las plantas tienen más espacio para crecer y menos competencia entre ellas. Al medir la cobertura de plantas, los investigadores encontraron que cuando esta bajaba del 50% en áreas secas, la diversidad de rasgos de las plantas aumentaba. Esto sucede porque, con menos plantas compitiendo, hay más espacio para que diferentes tipos de plantas crezcan y se adapten a las condiciones secas. El estudio concluye que en ambientes secos, la menor competencia (debido a la menor cobertura vegetal) permite una mayor variedad de rasgos.
Esto desafía la idea de que los ambientes más duros reducen la diversidad de rasgos de las plantas. “Nuestros resultados pueden mejorar la comprensión del suministro de nutrientes esenciales para el ganado y las poblaciones humanas en las tierras secas bajo el cambio ambiental global en curso”.
Fuente: elespectador.com/

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