Un pepino de mar púrpura y un crustáceo perforador, entre las 11 asombrosas criaturas recién descubiertas
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El proyecto científico Ocean Species Discoveries, creado para agilizar la descripción de nuevas especies marinas, se estrena con el hallazgo de 11 criaturas que viven a profundidades de entre 5,2 y 7.081 metros.
Un pepino de mar de cola larga (un pariente de la estrella de mar), un quitón de aguas profundas (un molusco) y un anfípodo perforador (un tipo de crustáceo) figuran entre las once asombrosas criaturas marinas que acaban de descubrirse en el marco de un proyecto destinado precisamente a acelerar el hallazgo de especies oceánicas desconocidas todavía por la ciencia.
La iniciativa, bautizada como Ocean Species Discoveries (OSD), pretende agilizar el lento proceso de descripción formal de una especie. Desde que se descubre una nueva criatura, se tardan años e incluso décadas hasta que se completa su descripción taxonómica oficial. Tanto es así que en ocasiones esa tarea lleva entre 20 y 40 años, unos plazos que muchos científicos consideran inasumibles teniendo en cuenta la alta tasa de extinción que se produce actualmente.
Se estima que en todo el mundo existen 1,8 millones de especies marinas vivas de las que sólo se conoce una pequeña parte. Pero además de la enorme laguna en el conocimiento de los habitantes de los océanos, la urgencia a la hora de describirlas se debe a que muchas especies se extinguen antes incluso de que sean descubiertas por los científicos.
Ocean Species Discoveries es una plataforma coordinada por la Senckenberg Ocean Species Alliance (SOSA), que forma parte del Instituto de Investigación Senckenberg y del Museo de Historia Natural de Frankfurt, en Alemania. Veinticinco investigadores diferentes trabajan de manera coordinada para lograr una descripción taxonómica rápida pero exhaustiva de especies de invertebrados marinos, y como muestra de su trabajo, acaban de publiacr en la revista Biodiversity Data Journal sus primeros resultados: 11 criaturas marinas desconocidas hasta ahora que viven a profundidades muy diferentes, entre los 5,2 metros y los 7.081 metros de profundidad. Además, se ha reescrito otra especie y se ha descrito un nuevo género de invertebrados marinos.
Una de las nuevas especies descritas es Cunicolomaera grata, un curioso anfípodo que excava madrigueras en el fondo marino que han dejado perplejos a los científicos. Los anfípodos son un orden de crustáceos del que se conocen unas 7.000 especies distribuidas por casi todo el mundo, la mayoría marinas aunque hay también algunos terrestres. De hecho, se han encontrado seis especies de anfípodos en el abismo de Challenger, en la fosa de las Marianas, el lugar más profundo de la Tierra. La gran mayoría de anfípodos, también llamados pulguits de mar, son de pequeño tamaño aunque hay una especie que mide más de 30 centímetros.
Otra de las especies descritas en este trabajo es una lapa llamada Lepetodrilus marianae. Vive en respiraderos hidrotermales, fisuras submarinas por donde brota agua a temperaturas muy altas, que pueden llegar a los 400 grados, y que existen en zonas volcánicas de las profundidades marinas.
Normalmente, las descripciones de dos especies tan diferentes no estarían en la misma publicación, pero este nuevo formato permite que las descripciones de especies de diferentes taxones de invertebrados marinos se publiquen juntas en una megapublicación, lo que según los creadores de OSD, supone un incentivo para que los investigadores hagan públicos sus descubrimientos.
“Actualmente, existe un retraso notable a la hora de nombrar y describir nuevos animales, a menudo porque los científicos esperan obtener más datos ecológicos o filogenéticos. Esto significa que muchas especies marinas quedan sin describir por falta de datos“, explica en un comunicado de prensa Torben Riehl, uno de los investigadores de Ocean Species Discoveries.
Reducir el tiempo que se tarda en pasar del descubrimiento de un nuevo animal a la descripción pública de la especie, dicen los científicos de este proyecto, es crucial en nuestra era, marcada por la creciente pérdida de biodiversidad. Por ejemplo, la lapa de concha arrugada y otras dos especies descritas en esta primera publicación viven en zonas de respiraderos hidrotermales, un entorno amenazado por la explotación minera de los fondos marinos.
Otra de las nuevas especies, Psychropotes buglossa, el pepino de mar de color púrpura, habita en el Atlántico Norte, pero especies similares viven en zonas de gran interés económico, donde la extracción de nódulos polimetálicos que abundan en las zonas abisales podría poner en peligro la vida marina. Los nódulos polimetálicos son esferas de distintos tamaños formadas por concentraciones de metales útiles, como manganeso, hierro, calcio, cobalto, cobre, níquel y titanio, por lo que son interesantes para la industria minera.
Amenazas como éstas corren el riesgo de llevar a las especies a la extinción antes incluso de que tengamos la oportunidad de conocerlas y estudiarlas. Gracias a iniciativas como Ocean Species Discoveries, argumentan, “podemos acercarnos a la comprensión de la biodiversidad de nuestros océanos y protegerla antes de que sea demasiado tarde”.
La plataforma de publicación ARPHA, que impulsa el Biodiversity Data Journal, agiliza aún más las descripciones de especies y su uso en estudios y programas de conservación, pues exporta automáticamente todos los datos de las especies, con imágenes y descripciones a un repositorio de bibliografía sobre biodiversidad accesible a otros investigadores.
Por su parte, la doctora Julia Sigwart invita a todos los taxómonos especializados en algún grupo de invertebrados marinos a formar parte de este proyecto.
Autora: Teresa Guerrero
Fotos:
Fuente: elmundo.es/

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