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Punto de encuentro entre las Empresas, el Medio Ambiente y la Sustentabilidad

Un Camino Sin Retorno

por Pablo Alonso*


El nivel de aceptación de la norma ISO 14.001, que especifica los lineamientos de los sistemas de gestión ambiental, acusa un rápido crecimiento en todo el mundo. En este sentido, el estímulo conducente a su implementación y registro proviene de presiones comerciales, de incentivos reglamentarios, del deseo de reducir riesgos ambientales o de la necesidad de mejorar las relaciones comunitarias y de disminuir los costos operativos.

Organizaciones de todo tipo están intensificando sus esfuerzos por lograr y demostrar un desempeño ambiental sano mediante el control del impacto de sus actividades, productos o servicios sobre el medio ambiente, teniendo en cuenta sus políticas y objetivos ambientales. Todo ello, en el contexto de una legislación cada día más estricta, del desarrollo de políticas económicas y otras medidas para alentar la protección ambiental y un crecimiento generalizado de la preocupación de las partes interesadas respecto de los temas ambientales, incluyendo el desarrollo sustentable.

La sigla ISO viene del griego “isos”, que significa igual, siendo ésta una forma de unificar los idiomas inglés, francés y ruso (tercer idioma oficial de la ISO); ISO, en idioma inglés, es International Organization for Standardization, que significa Organización Internacional de Normalización.

ISO es una organización no gubernamental que elabora normas de aplicación internacional, con sede en Ginebra (Suiza) y participan en ella unos 120 países. Además, existe el ISO/TC 207, que es un comité técnico constituido en 1993 para establecer normas de gestión ambiental.

La norma ISO 14.001 se refiere a sistemas de gestión ambiental (SGA).

Un SGA es la parte de todo el sistema de gestión de las empresas que incluye a la estructura organizacional, las actividades de planeamiento, responsabilidades, prácticas, procedimientos y recursos requeridos para el desarrollo, la implementación, el cumplimiento, la revisión y el mantenimiento de la política ambiental.

Tiene como principios reconocer la gestión ambiental como una alta prioridad de la organización; establecer y mantener comunicaciones con las partes interesadas internas y externas; desarrollar la gestión para la protección del medio ambiente, con una clara asignación de la contabilidad y de la responsabilidad; estimular el planeamiento ambiental durante el ciclo de vida del producto y del proceso; establecer un proceso disciplinado de gestión para alcanzar los niveles de gestión objetivados; evaluar el desempeño ambiental respecto de políticas, objetivos y metas apropiadas, e instrumentar mejoras cuando sea necesario y alentar a los contratistas y a los proveedores para establecer un sistema de gestión ambiental.

Los beneficios potenciales asociados con un SGA efectivo incluyen el cumplimiento de las expectativas ambientales de los clientes (externos e internos), el mantenimiento de buenas relaciones públicas con la comunidad, la satisfacción de criterios de inversión y de mejoramiento del acceso al capital; mejor imagen participación del mercado y obtención de seguros a un costo razonable.

En Mendoza, la política ambiental está sustentada sobre tres pilares; la prevención, la participación y la cooperación técnica y política. Y en este marco, es política de este gobierno fomentar los SGA en el sector productivo, como se demuestra en los considerandos y en el capítulo VII, “Del sector productivo”, del decreto 1.939/96, y como se indica en el informe ambiental 1997, capítulo 6.1, “Actividad petrolera y desarrollo económico”.

Somos conscientes de que certificar una norma como la ISO 14.001 no implica para la industria estar exento de los controles de la autoridad de aplicación, sino reforzar y afirmar los compromisos ambientales, desde el presidente hasta el operario de la empresa, tal como debe estar plasmado en la política ambiental de ésta (que debe ser pública), y desde el Estado, realizar el seguimiento de este compromiso.

Además, que la certificación ISO 14.001 sea hoy una tendencia y un objetivo en el sector productivo e industrial en general, nos debe mantener alertas y expectantes en el surgimiento de organismos nacionales e internacionales de certificación y auditorías, en cuanto a su idoneidad y su seriedad, todo en función de mantener una mejoría constante del sistema.

Como conclusión, desde el Estado provincial existe una clara política de fomento de los sistemas de autogestión ambiental del sector productivo, siendo éstos una herramienta que contribuye, desde el sector privado, a que tengamos la Mendoza a la cual aspiramos, con crecimiento económico, con equidad social y sustentabilidad ambiental.

* Pablo Alonso es Ingeniero Civil, con Maestría en Medio Ambiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente Director de Saneamiento Ambiental de la Provincia de Mendoza.

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