Fundación para la Conservación de las Especies y el Medio Ambiente FUCEMA
Consultoría sobre: VALORACION ECONOMICA DE LOS BOSQUES: REVISION, EVALUACION, PROPUESTAS
Primer Informe de Avance
Preparado por:
Mariano Jäger
Javier García Fernández
Jorge Cajal
Rodolfo Burkart
Enrique Riegelhaupt
Para:
Unión Mundial para la Naturaleza
UICN
Oficina Regional para América del Sur
Febrero 8, 2001
INDICE
1. La valoración económica
2. La valoración económica del ambiente
3. Distintos tipos de valores y Valor Económico Total
4. Los distintos valores de los bosques
5. Los métodos de valoración
6. Aplicaciones de la valoración económica de los bosques
7. Revisión crítica de los métodos
8. Elementos para el establecimiento de un Programa de Trabajo sobre Valoración Forestal en UICN – SUR
1. La valoración económica.
Los sistemas de valores habitualmente usados por los economistas distinguen entre:
· Valor intrínseco
Valor ligado en forma indisoluble a un componente natural per se, es decir por el mero hecho de existir,
y
· Valores instrumentales
Valores que se derivan de la satisfacción de necesidades humanas para el bienestar económico (Norton, 1987).
Cualquier bien o servicio tendrá valor instrumental en la medida en que exista una demanda por él. Es decir, si satisface alguna preferencia individual o social. El valor monetario de ese bien o servicio se puede derivar de la intensidad de esa preferencia.
Por lo tanto, en su origen, los valores económicos son psicológicos ya que dependen de las percepciones individuales.
Al respecto, se pueden destacar las siguientes características de las percepciones y de las preferencias (y consecuentemente de los valores económicos):
a. Varían de un individuo a otro y de un grupo social a otro, y
b. Pueden variar rápidamente en el tiempo, acompañando cambio en la situación de un individuo o de un grupo social.
Al realizar experiencias de valoración se debe recordar, por lo tanto, que no existen valores absolutos, sino que dichos valores dependen de como son percibidos por el ser humano. Como se ha dicho, estas percepciones son dinámicas de acuerdo con los cambios en las circunstancias.
2. La valoración económica del ambiente.
Los esfuerzos por establecer el valor económico del medio ambiente, o de algunos de sus componentes se remontan a más de cinco décadas atrás.
Por ejemplo, ya en 1947, el National Park Service de los Estados Unidos encarga a un grupo selecto de economistas el análisis de tres aspectos que hacen a la valoración ecoómica de las áreas protegidas y a establecer su contribución a la economía de ese país, a la de cada estado, y a escala local (Barkley y Seckler, 1972).
Una de las demandas concretas incluidas en ese pedido era establecer los beneficios económicos secundarios o indirectos de las Areas Protegidas, y especialmente, comparar eso beneficios con los que se derivarían en caso de asignarse esas áreas a otro tipo de usos.
Desde entonces, la necesidad de los decisores por estimar o establecer el valor económico del ambiente ha aumentado notablemente, y se ha desarrollado variadas técnicas y herramientas de análisis económico que permitan mensurar los diferentes valores involucrados, incluyendo los ítems más intangibles o difíciles de medir.
Así, se ha procurado calcular el valor económico de diferentes tipos de ambiente (bosques, humedales, zonas costeras, etc.), de la diversidad biológica al nivel de ecosistemas, especies y genes, incluyendo los beneficios derivados de los así llamados “servicios ambientales”, tales como la depuración de aguas, aire y suelos, la captación y retención de carbono, etc.
En nuestros días es común aceptar que el ambiente en general, y sus elementos componentes en particular (diversidad biológica, bosques, etc.) forman un stock de capital natural [1] que, en caso de ser adecuadamente manejado, pueden generar a perpetuidad un amplio rango de beneficios económicos directos e indirectos a las poblaciones humanas.
3. Distintos tipos de valores y Valor Económico Total
Los economistas que trabajan en el área del medio ambiente y que utilizan las herramientas del análisis neoclásico aceptan el concepto de Valor Económico Total (VET) y que el mismo está conformado por diversos tipos de valores, tal como se presenta en el Box 1.
Esa tipología de valores es la más aceptada y fue propuesta por la escuela inglesa (Pearce, 1990). Se distingue así entre valores de uso y de no uso, mientras que entre los valores de uso se diferencian los de uso directo y de uso indirecto. [2]
Box 1
CONCEPTO DE VALOR ECONÓMICO TOTAL (VET)
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(1) VET = VU + VNU |
Donde: VU = valores de uso VNU = valores de no uso |
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Sustituyendo, se puede expresar la ecuación (1) como:
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(2) VET = VUD+VUI+VO+VL+VE |
Donde: VUD = valores de uso directo VUI = valores de uso indirecto VO = valor opción VL = valor legado VE = valor existencia |
Fuente: Adaptado de Pearce (1993).
Cada vez que se habla del valor económico de la diversidad biológica, al nivel de ecosistemas, especies o genes, o del valor de los bosques, en última instancia estaremos hablando de alguno de los valores que se han presentado en el Box 1, o de la suma de algunos de ellos.
Esta forma de clasificar los tipos de valores tiene una amplia aceptación en nuestros días y puede aplicarse a distintos componentes de la diversidad biológica. Si bien en este trabajo nos referiremos a los ecosistemas forestales es importante señalar que el mismo esquema conceptual y la misma tipología de valores se pueden aplicar a humedales, ambientes marinos y costeros, pastizales, zonas áridas, etc.
En consecuencia el Valor Económico Total (VET) se refiere a la suma de los distintos valores de un elemento o área natural. En el Box 2 se presenta una de las taxonomías de los valores económicos más empleadas. Es importante notar que el cálculo del VET no debe limitarse a una simple sumatoria de los valores componentes ya que algunos de ellos son excluyentes entre sí (Pearce, 1990).
Por ende es preciso emplear el VET de forma cautelosa, incorporando sólo los valores que sean compatibles entre sí (Bishop, 1999). Esto debe ser especialmente tenido en cuenta para una de las más importantes aplicaciones prácticas de la valoración ambiental, cual es el análisis de alternativas de uso de la tierra.
4. Los distintos valores de los bosques
La valoración es un elemento relevante en el marco de la economía de los bosques y ecosistemas forestales. Tanto los economistas como los tomadores de decisión han considerado clásicamente al valor de los bosques limitándose a sus usos directos, tales como las materias primas que provee (maderas, leña, carbón, etc.).
Considerando otros valores de los bosques, se puede ilustrar los beneficios que se derivan de su conservación, y destacar los diversos grupos sociales a los que sostienen, tanto en el mismo lugar como en sitios distantes.
Adicionalmente, la valoración de los bosques también permite calcular los costos asociados con la pérdida y la degradación de los ecosistemas boscosos, incluyendo pérdidas en relación con la seguridad alimentaria, la calidad de vida o el nivel de empleo de las comunidades locales, así como los costos derivados de reemplazar bienes y servicios ambientales que ofrecían los bosques y que pueden haberse perdido.
En muchos casos, además, a partir del cálculo de estos valores, se puede demostrar la importancia que los bosques tienen en la economía a escala local, provincial, regional o nacional, la que muchas veces es poco advertida al nivel de decisores.
En los párrafos que siguen se presentan ejemplos de los distintos tipos de valores que suelen considerase en la literatura especializada para el caso de los bosques.
Valores de uso directo:
Se incluyen en este grupo todos los beneficios que producen los recursos forestales ya sea como insumos para procesos productivos, o como bienes y servicios de consumo. Los usos directos del bosque que dan origen a estos valores pueden corresponder a bienes (maderas, frutos, semillas, fauna, etc.) o servicios (turismo, recreación, educación, investigación científica, etc.). Cabe señalar que con relación a estos bienes y servicios pueden existir actividades comerciales y mercados bien estructurados, mientras que en muchos otros casos dichos mercados no existen o son incipientes. Los bienes que se emplean para el autoconsumo por parte de las comunidades locales también deben analizarse en esta categoría.
Valores de uso indirecto:
Se incluyen en esta categoría los valores derivados de las funciones ecológicas del bosque, las que en muchos casos se mencionan como servicios ambientales del bosque, como por ejemplo: la protección de los suelos, la provisión de agua en calidad y cantidad adecuada para consumo humano o para aplicaciones productivas, la conservación de la diversidad biológica, la captación y la retención del carbono, regulación de microclimas, efecto buffer para prevenir difusión de plagas, reducción de la contaminación atmosférica, reciclado de nutrientes, etc.
Otros tipos de valores:
Los economistas han identificado otros tipos de valores que son, en una primera impresión, menos aparentes. Grandes esfuerzos se han hecho para poder estimarlos y comunicar sus hallazgos a las diferentes comunidades de usuarios y decisores.
Diferentes fuentes presentan clasificaciones algo distintas entre sí (Pearce, 1990, 1993; Barbier et al., 1997; Bishop, 1999). Sin embargo, pueden resumirse en tres categorías adicionales. Las mencionamos a continuación.
Valor de Opción:
Se trata de usos potenciales, sean directos o indirectos, que es posible concretar en el futuro. En tal sentido, por ejemplo, la permanencia de un ecosistema boscoso permitiría hacer efectivos esos usos en el futuro, mientras que su reemplazo clausura esa posibilidad de modo irreversible.
Como es lógico, la medición del valor de opción implica manejarse con un nivel de incertidumbre muy alto, ya que se trata, en última instancia de conocer las expectativas a futuro de los individuos o grupos sociales.
Dos ejemplos de especial relevancia en nuestros días para las grandes masas forestales de América del Sur, están dados por:
a. el valor del servicio ambiental de captación y almacenamiento de carbono, y
b. el valor del bosque como proveedor de insumos para la industria farmacéutica y bioquímica.
En ambos casos, los posibles beneficios futuros que se mencionan en la literatura superan en varios órdenes su captación real en este momento. Por ende se trata básicamente (en ambos casos) de valores de opción.
La literatura reciente admite que las primeras estimaciones del valor del bosque tropical, como fuente de recursos genéticos y compuestos químicos como insumos para la industria, han sido exageradamente optimistas (Chomitz et al., 1998; Bishop, 1999). En tal sentido, podría haber un consiguiente cambio en las expectativas sociales que haga disminuir sensiblemente este valor de opción.
Valor Legado:
Conceptualmente, este tipo de valor se puede distinguir cuando se le otorga valor a un bosque (u otro bien similar) en tanto una persona desea promover su conservación de forma de garantizar que sus descendientes (las generaciones futuras) puedan gozarlo y usarlo de igual forma o como lo hacen ellos hoy.
Valor de Existencia:
Se trata de un beneficio intangible, derivado de la mera existencia del bosque, independientemente de los valores de uso (presentes o futuros) que se deriven de él.
El ejemplo más claro de este concepto es el valor que algunas personas o grupos otorgan al hecho de que ciertas especies silvestres no se extingan. Lo mismo vale para algunos tipos de ecosistemas (ciertos bosques entre ellos), o para bellezas paisajísticas singulares.
Es necesario resaltar que este tipo de valor suele ser mayor para personas que viven en regiones muchas veces distantes de los bosques que desean preservar, o incluso en centros urbanos.
Como se verá más adelante, para estimar este valor se debe conocer la disponibilidad al pago de esas personas o grupos de personas.
BOX 2 EL VALOR ECONÓMICO TOTAL (VET) EN EL CONTEXTO DEL BOSQUE |
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Valor Económico Total = |
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Valor de Uso + Valor de no uso
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(1) |
(2) |
(3) |
(4) |
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Valor Directo + Valor Indirecto + Valor Opción + Valor Legado + Valor Existencia
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Rollizos, madera
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Productos no maderables |
Ciclo de nutrientes
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Recreación |
Protección de cuencas |
Usos futuros como (1) y (2) |
Usos por generaciones futuras como (1), (2) y (3). |
Bosques como objetos con valor intrínseco,
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Medicinas / Fármacos / Recursos bioquímicos
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Reducción de la contaminación del aire
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Recursos Genéticos para el mejoramiento de plantas |
Microclima |
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Incluye valores culturales y patrimoniales. |
Educación / Investigación |
Captación y retención de carbono. |
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Hábitat humano |
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Conservar la biodiversidad |
El VET comprende valores de uso y de no uso. La categoría valores de uso comprende usos directos, indirectos y valores opción. Los valores de no uso comprenden la disposición al pago por la conservación de un activo ambiental aunque no haya valores de uso presentes ni futuros (existencia) y el valor legado. Ver Texto Principal.. |
Fuente: Pearce (1993).
Los diferentes valores económicos se pueden relacionar y comparar unos con otros si están expresados en forma monetaria. Esta forma de medir el valor económico permite realizar comparaciones entre alternativas. Si se cuenta con una medida de valor común se hace posible comparar por ejemplo el valor de un bosque para recreación o para obtener madera.
Las comparaciones de este tipo se deben realizar en contextos de decisión específicos y con criterios previamente definidos.
Si la valoración de un bosque se realiza con el objeto de comparar entre usos alternativos, debe tenerse presente que esa comparación de valores debe ser hecha considerando quien es el decisor en cada caso (por ejemplo un propietario privado, un administrador del Estado, etc.), ya que las perspectivas son diferentes.
En el primer caso, si se trata de un propietario privado, este será sensible a los resultados de lo que se denomina un Análisis Financiero, mientras que un decisor del sector público será más permeable a un Análisis Económico, ya que en este último se deben incluir los costos y los beneficios de los distintos actores sociales que hacen al problema analizado (ver la sección de análisis de metodologías).
Influencia del ámbito geográfico en la valoración de los bosques
Un tema que genera un nutrido debate en la actualidad, acerca de la valoración de bosques, está relacionado con el ámbito geográfico en que se reflejan (internalizan) los beneficios y los costos asociados a aquello que se está analizando. En este sentido, es importante aclarar la distinción entre beneficios (o valores) locales, nacionales y globales asociados con los bosques.
Beneficios al nivel local: [3]
Son los bienes o servicios que son obtenidos directamente por el propietario, administrador o usuario del bosque. Ejemplos de beneficios locales son la leña usada o vendida por una familia, los frutos y productos no maderables recolectados para la venta o el autoconsumo, la madera cosechada y vendida por un leñador, la experiencia recreativa de un individuo, etc.
Beneficios al nivel Nacional (o Provincial, Departamental, etc., según cada caso):
Son aquellos bienes o servicios capturados mas allá del nivel correspondiente al uso local del bosque. Ejemplos: los beneficios derivados de la protección de cuencas o de la protección de los hábitats de vida silvestre, y algunos beneficios derivados de la protección de la diversidad biológica.
Beneficios al nivel global:
Son principalmente los beneficios que reciben los individuos que habitan fuera de la frontera de la nación en que se producen. Alcanzan, al menos potencialmente a cualquiera. Un ejemplo son las funciones de captación o de sumidero del carbono. Todos los individuos del mundo se benefician de ellas, aunque sean productos de la gestión local del bosque.
Queda claro que la distinción de los beneficios según los ámbitos geográficos depende de quien captura los beneficios o valores resultantes de las acciones de la gestión local y nacional del bosque.
5. Los métodos de valoración
En la Tabla 1 se presentan los métodos de valoración económica más utilizados.
Tabla 1: Valores medidos y técnicas y métodos de valoración
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VALORES MEDIDOS TÉCNICAS / MÉTODOS EJEMPLOS |
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PRECIOS DIRECTOS DE MERCADO (Maderables y no maderables) |
Ø Estudios de mercado; uso de estadísticas Ø Observación directa Ø Mercados experimentales |
Ø Precios establecidos en los mercados para mercancías y servicios del bosque. |
PRECIOS DE MERCADO SUBROGADOS |
Varias técnicas usadas para inferir valor a partir de los precios de mercado para otras mercancías y servicios. Ver abajo. |
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ü Valores residuales |
Uso de precios de mercado para mercancías finales e insumos intermedios, menos los costos de producción y alguna medida de beneficios del productor, para llegar al valor residual que puede ser asignado al recurso, etc. |
El valor de la madera en pié se deriva sustrayendo de los precios de mercado para la madera aserrada todos los costos de producción, a través del procesamiento y la venta. Usado a menudo para evaluar los valores en pié. |
ü El valor de la producción se incrementa como medida mínima del valor de algún insumo |
Uso de los precios de mercado para el incremento de producción para proveer una medida aproximada del valor de un insumo o un conjunto de insumos. |
El valor de mercado incrementado de la cosecha sobre el que hubiera tenido sin un cortavientos, da como resultado un mínimo aproximado de valor bruto del cortavientos. De éste se sustraen los costos para obtener el valor neto. |
ü Precios subrogados y medida de costos de sustitución o de costos evitados |
Uso de precios de mercado para un sustituto cercano, como medida aproximada del valor para una mercancía o servicio del que no se dispone de precio. Ambos son convertidos a un denominador común, ejemplo: valor de corte, valor de protección. |
El máximo valor de la leña en un mercado nuevo se estima sobre la base del valor de los combustibles alternativos, como por ejemplo querosén, después de ajustar el valor calorífico de ambos combustibles.
El valor máximo de un programa de gestión de cuencas centrado solamente en la contención del sedimento de un embalse aguas abajo, es igual al costo de mercado alternativo del dragado del embalse que hubiera sido necesario sin el programa de gestión de la cuenca. |
ü Costo de oportunidad |
Uso de los precios de mercado como mejor alternativa para disponer de alguna medida del valor mínimo de una mercancía o servicio. Esto es esencialmente una medida de costo usada para obtener un valor mínimo para un beneficio. |
El valor mínimo de un parque natural es estimado sobre la base de precio de mercado de las mercancías y servicios a los que se renuncia, como por ejemplo la madera, los minerales y las pasturas. |
ü Precios hedónicos |
Uso de la diferencia de valor de mercado entre dos artículos similares que sólo difieren en una característica, como medida del valor de esa característica. |
La diferencia de valor de mercado para dos bosques recreativos que son similares excepto ñeque uno de ellos es atravesado por un río, lo que implica que debe reflejarse el valor estético del mismo. |
ü Diferencia en costos de viaje como medida de valor de un área, instalación u actividad |
El método de evaluación de los costos del viaje, usando medidas per-capita de participación entre diferentes zonas de distancia para derivar estimaciones del valor de un área, instalación o actividad. |
Las diferencias en los costos de viajes para diferentes usuarios de una reserva natural son usados como medida del valor del turismo basado en la naturaleza.
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ESTIMACIÓN DE VALORES HIPOTÉTICOS (percepción de los valores por el público). |
Las técnicas de valuación contingente, o estudios sobre la disposición al pago por un evento, área, instalación o actividad (una medida de valor de uso). |
El valor de un cambio en una población silvestre es inferido de un estudio sobre la voluntad de la gente de pagar para salvar esa población. |
Fuente: Gregersen et al. (1995)
6. Aplicaciones de la valoración económica de los bosques.
Como se ha presentado, existen diversos valores ligados a los bosques y numerosas técnicas que pueden aplicarse para estimarlos con mayor o menor precisión.
Corresponde hacer una referencia breve a cuáles son las aplicaciones más frecuentes de los esfuerzos de valoración de los bosques, y quienes son los principales usuarios potenciales de los resultados de esos estudios.
La literatura analizada indica que las razones que llevan a realizar estos estudio de valoración difieren en diversos contextos sociales.
La valoración de los bosques y el Análisis Costo – Beneficio.
Así en países desarrollados encontramos que la principal necesidad por conducir estas mediciones o estimaciones es de los organismos oficiales encargados de administrar tierras públicas (principalmente tierras forestales, aunque también áreas boscosas protegidas).
De acuerdo con la organización y racionalidad de esos países, el administrador debe demostrar que sus decisiones son adecuadas, en el sentido de maximizar los beneficios para el conjunto de la sociedad.
El cambio de percepciones de extensas capas de la población, principalmente los sectores urbanos, ha llevado a incrementar sensiblemente los valores de recreación y turismo, y los valores paisajísticos (amenity and landscape values) del bosque.
Debido a esta demanda, en el Hemisferio Norte las técnicas más desarrolladas son las que se centran en procurar calcular esos valores. Los métodos más adecuados a este fin son especialmente el de Costo de Viaje y la Valoración Contingente.
La toma de decisiones en esos países se apoya de modo rutinario en los llamados Análisis de Costos y Beneficios (ACB). La administración de los bosques no escapa a esa regla. Por lo tanto, es lógico que buena parte de la aplicación práctica de la valoración de los bosques en esos países se utilice en el marco de ACB relacionados, principalmente, con la comparación de las alternativas de uso de un bosque.
De acuerdo con las directivas políticas de cada organismo o agencia de gobierno, se incluirán en mayor o menor medida valores (beneficios y/o costos) que afectan a diversos actores sociales, dando origen a ACB de tipo económicos (en contraposición a los ACB financieros).
La valoración de los bosques y el decisor privado.
Los administradores de tierras privadas también pueden apoyarse en estudios detallados de los costos y beneficios derivados de distintas opciones de uso de un bosque de su propiedad, aunque es menos frecuente que se empleen herramientas tan sofisticadas.
En esos casos, los estudios que se conduzcan serán ACB de tipo financiero, donde será determinante el Valor Actual Neto de cada opción analizada, a efectos de identificar aquella que maximiza el retorno de la inversión. Cabe señalar que en muchas ocasiones el decisor privado es reacio a aceptar modificar ciertas prácticas en atención a valores que no sean claramente capturables HOY, ya que se encuentran en una permanente presión para aumentar ingresos y reducir costos.
En algunos casos, entidades independientes al proyecto privado han conducido estudios de ACB por su propia iniciativa, al efecto de comparar el uso proyectado del bosque con un uso alternativo (mitigado, o más sustentable), teniendo como objetivo difundir esos resultados tanto al interesado directo como al organismo o agencia pública encargada de la regulación forestal.
La valoración de los productos forestales no maderables (PFNM).
Este tipo de valoración se ha conducido principalmente en países del Hemisferio Sur. Por ende, las técnicas más desarrolladas ahí son las que permiten establecer más ajustadamente el valor de los PFNM.
La preocupación creciente por la pérdida de bosques nativos (primarios o secundarios) en varias regiones del globo también se da en América del Sur. Muchas instituciones públicas y privadas preocupadas por esta situación, han desarrollado estudios de valoración económica de algunos bosques.
Algunas de esas experiencias han intentado aplicar el concepto de valoración económica total (VET), mientras que el resultado de las mismas se restringió a valorar alguno de sus componentes, destacándose por cantidad de estudios realizados los PFNM de los bosques nativos.
En última instancia, el deseo o expectativa que subyace en estos estudios es el de demostrar que mantener el bosque en pie y utilizar sus productos en forma sostenible es más ventajoso que eliminarlo. Los resultados, sin embargo, distan de ser concluyentes en muchos casos.
Se ha señalado que en muchos casos los estudios sobre los beneficios derivados del uso de PFNM son rudimentarios. Esos ejercicios de valoración suelen estar basados más en inventarios de productos potencialmente comercializables, que en su extracción y venta actual. La competencia de sustitutos domesticados o sintéticos puede no ser despreciable en los mercados reales (Chomitz y Kumari, 1998).
La valoración de los servicios ambientales provistos por el bosque.
Una aplicación de los estudios de valoración que ha insumido bastante atención en los últimos años es el relacionado con los servicios ambientales que prestan los bosques.
En especial se han hecho importantes avances en tratar de establecer el valor de la función de captación y almacenamiento de carbono, en el marco de los acuerdos internacionales sobre cambio climático.
Existen numerosas dificultades de orden técnico para establecer de modo fehaciente la dimensión física de este servicio (en toneladas por hectárea, en el período real de retención, en la función de varios tipos de bosques en diversas etapas serales, etc.). Sin embargo, pese a la amplia variación de los resultados obtenidos, hay acuerdo en que el posible valor de este servicio superaría largamente a la mayoría de los otros valores que hoy son realmente capturados.
Sin embargo, son muy pocos los casos concretos en que se han podido establecer transacciones reales en el mercado. Entretanto, el escenario del que depende que se consolide este mercado a nivel global es todavía muy incierto.
En lo que respecta a la valoración de la función de regulación hídrica y de protección de cuencas, también se trata de un área promisoria, aunque los resultados son variables. Se han señalado casos en los que, contrariamente a lo esperado, los beneficios derivados de la eliminación de bosques han sido mayores que los costos, principalmente por el aumento de la escorrentía que ha permitido generar más energía que en el escenario alternativo. (Aylward et al., 1999).
Es pertinente hacer acá una breve revisión sobre los diversos grupos de interés en relación a los bosques, tanto se trate de quienes tienen como función protegerlos, usarlos, investigarlos, o administrarlos.
Este análisis puede ser ordenador al momento tanto de identificar usuarios de los estudios de valoración, como afectados por las diferentes opciones de uso que puedan estar en juego en un dado sitio y momento.
Grupos de interés y valoración del bosque
Los principales grupos de interés involucrados con los valores del bosque son:
a) Grupos con interés comercial en aspectos o partes específicas del bosque.
Están interesados en los valores de mercados asociados con algunos usos de productos del bosque, por ejemplo industrias madereras y consumidores de maderas comercializadas.
Debe notarse que también se incluyen acá quienes tienen interés comercial en aspectos turísticos y recreativos.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los intereses de estos grupos comerciales son contrapuestos, ya que ambos tipos de uso pueden ser excluyentes, o al menos conflictivos, cuando se desarrollan en un mismo bosque o incluso en áreas próximas.
b) Pequeños explotadores del bosque local.
Estos grupos están interesados en el bosque ya que este es el ambiente en el que viven y del que extraen el sustento para su vida. Un ejemplo claro de este grupo lo constituyen las comunidades indígenas y otros grupos locales (salvo el indicado en d).
c) Grupos ambientalistas y usuarios no consuntivos.
Estos grupos están interesados en el bosque como ecosistema, o en salvar especies particulares o grupos de especies. También se interesan en los valores de educación y recreación asociados con la conservación del bosque.
Pueden considerarse como usuarios no consuntivos no solamente los turistas que visitan el bosque con fines recreativos o educativos (mayoritariamente urbanos) sino también los grupos de investigación científica que hacen un tipo especial de uso no consuntivo en estas áreas.
d) Agricultores migratorios, colonos agrícolas, y otros grupos con interés en la conversión de tierras boscosas.
Este grupo valora negativamente a los árboles y los animales existentes en las tierras que desean explotar. Dejar el bosque como tal significa para ellos un costo. Debiera analizarse más detenidamente hasta que punto influyen en estas percepciones razones culturales o netamente productivas.
e) Los reguladores del uso del bosque: el sector público.
El sector público debe ser considerado también como un grupo de interés, por dos razones. En primer lugar, los funcionarios estables en las administraciones forestales tienen una capacidad alta de influir en la administración diaria de los recursos forestales. En segundo lugar, el sector público al regular debiera, idealmente, analizar los beneficios y costos de sus decisiones para el conjunto de la sociedad, buscando así maximizar los beneficios sociales.
7. Revisión crítica de los métodos
El desarrollo de las críticas a los métodos de valoración que se realiza a continuación se apoya en el supuesto de que los objetivos principales de la valoración de los bosques son: 1) optar informadamente entre distintos tipos de uso del bosque y 2) generar mecanismos que permitan (a quien tiene a su cargo la decisión sobre el tipo de uso de la tierra) capturar valor, como por ejemplo el mercado del carbono.
El uso de los sistemas de valoración mas comúnmente utilizados y encontrados en la literatura, no escapan a los principios de la corriente económica neoclásica y su modelo de análisis de los fenómenos económicos. Los mismos aplican una reducción del universo a ser analizado y por lo tanto estudian el bosque con una visión unidimensional negando las relaciones de conjunto.
El uso de los sistemas de los métodos de valorización mas comúnmente utilizados y que se reflejan en gran parte de la literatura se encuadran en la corriente económica neoclásica buscando simplificar y reducir el universo a ser analizado para asi poder analizarlo. Esto hace que muchos procesos de producción de bienes y servicios del bosque queden fuera del análisis.
Siendo el bosque una unidad indivisible en lo que a su valor se refiere, la aplicación de métodos de valoración que suponen que la sumatoria de los valores individuales de los bienes y servicios producidos será igual al valor total del conjunto, presenta severas limitaciones.
Lo que es aplicable al análisis de una función de oferta industrial a través de las variables que la componen, no tiene porque ser siempre trasladable al análisis de la de bienes y servicios del eco sistema bosque.
El supuesto según el cual es posible considerar constantes, ya sea en el corto, largo o mediano plazo algunas variables de las que dependen la oferta y la demanda para analizar los cambios en función de una sola variable es un artificio técnicamente válido, pero en el caso del bosque, resulta una limitante para la identificación o medición de sus valor económico total. (Caeteris paribus). [4]
El argumento que subyace en muchos trabajos analizados se deriva del método de los precios hedónicos, el cual permite aislar la contribución al valor total de una unidad de cada uno de sus componentes. Por lo tanto presenta dificultades para ser aplicado al análisis de los sistemas naturales.
Otro problema de varios métodos analizados es la dificultad de convertir distintos valores a unidades monetarias.
Por su parte, el concepto de valor económico total (VET) reconoce una taxonomía de valores económicos que se relacionan con el medio natural. Todas las componentes que integran la suma de valores que conforman el VET están basados sobre el argumento de que es posible conocer las preferencias de los individuos y que estas preferencias individuales pueden ser sumadas, para obtener las preferencias de la sociedad en su conjunto.
La posibilidad de sumar los valores de uso directo, de uso indirecto, de opción, de existencia y legado se ve restringida por la dificultad de reducir los mismos a una unidad de medida común.
Dentro del marco de las definiciones del desarrollo sustentable, surge un problema adicional al tratar de identificar el valor de un bosque, por la imposibilidad de conocer las preferencias de las generaciones futuras. Si sumar las preferencias individuales de coetáneos es difícil, más lo es sumar las preferencias individuales de generaciones distintas y obtener una función de preferencia intergeneracional.
Lo que se valora no es el bosque en sí, sino las preferencias de la gente por los cambios en el estado del ambiente, y sus preferencias por los cambios en su condición de vida. Lo que es un hecho indudable es que la gente está dispuesta a pagar por asegurar o prevenir cambios que pueden afectar su calidad de vida.
Los métodos de valoración contingente se basan en medir, ya sea la Disposición al Pago por un bien o servicio ambiental, o bien la Disposición a Aceptar una compensación por la pérdida de un bien o servicio. Estos métodos se emplean principalmente para estimar los valores intangibles (valor legado, valor de existencia y valor de opción). Es importante destacar que debe evitarse confundir los resultados así obtenidos (valores de disposición al pago, p.ej.) con los valores de un cambio en el medio ambiente, o con el valor del ambiente en sí.
Es necesario señalar que algunas corrientes de pensamiento vinculadas a la llamada Ecología Profunda (Deep Ecology), entienden que estos métodos de valoración son enteramente insuficientes, ya que no incorporan en sus análisis la dimensión “valor intrínseco”.
Otro problema práctico con los métodos de valoración económica de los bosques es el que se deriva de los problemas de la falta de mercados para muchos bienes y servicios de los mismos. Dado que para muchos productos y servicios que se valoran en los ejercicios por subrogación no tenemos un mercado aparente, o al menos imperfecto, es difícil saber si se están aceptando valores que, traducidos a precios, reflejan la realidad.
El uso de precios sombra o precios de mercados subrogados para inferir valores de precios para productos o servicios que no tienen mercados, es una técnica muy utilizada y generalmente aceptada en forma acrítica. El problema con su uso radica en que esos bienes y servicios que se trata de valorar, a través de este método, son únicos y se encuentran muchas veces dentro de contextos ecológicos muchas veces distintos a los del sustituto utilizado.
En varias disciplinas se puede caer en el error de restringir el análisis a una adaptación de la realidad a la metodología. Por lo general se simplifican los problemas para que estos se ajusten a lo restringido de los métodos utilizados. Este tipo de problema es común en la materia que nos ocupa. El proceso debería ser inverso, se debería tratar de generar nuevos métodos de valoración que permitan abarcar lo complejo de la realidad.
Cuando se consideran los valores de los bosques, en muchos casos se están obteniendo resultados fuertemente influenciados por la existencia de incentivos positivos o perversos. Estos modifican la realidad con respecto a lo que sucedería en un mercado libre, sin esas fallas. Los métodos de valoración deben contemplar el análisis expreso de estas circunstancias.
Es evidente que el método de la valuación contingente se ha extendido acompañando las modificaciones en las preferencias del público en los países desarrollados, donde el bosque es percibido muy frecuentemente como ámbito recreativo, m{as que como proveedor de bienes.
El método de la valuación contingente no sólo evidencia estos cambios cualitativos sino que permite alguna suerte de formalización a través de mediciones cuantitativas del creciente valor de existencia que se asigna a los bosques en ese contexto.
La bibliografía demuestra que la aplicación de este método de valoración se limita, en el Hemisferio Sur, a países con creciente urbanización y con mejores estándares económicos y sociales, o en su defecto, a sitios con un fuerte uso turístico de origen internacional.
Un problema serio en muchos ejercicios de valoración económica de los bosques, en particular en países en vías de desarrollo, es la falta de información de base, actualizada, series estadísticas confiables, etc. Es muy común que, ante esa carencia, se utilice información de fuentes secundarias, extrapolaciones vagas, datos recabados en otros contextos o para otros fines, o bien atrasados en varios años, etc.
8.Elementos para el establecimiento de un Programa de Trabajo sobre Valoración Forestal en UICN – SUR.
La conformación de un Programa de trabajo en este tema en la región, que sea impulsado por la Oficina Regional de UICN, requiere analizar dos aspectos en forma convergente:
a. Las oportunidades y necesidades en la región sobre el tema, y
b. Reflexionar sobre hacia quienes están dirigidos los Programas de UICN en general, y en la región en particular.
En tal sentido, puede establecerse una agenda para la región en su conjunto, y analizarse luego, qué es lo que puede (o debe) hacer el Secretariado de la Unión, en qué pueden contribuir los integrantes sudamericanos de las comisiones específicas, y qué cabría ejecutar a las diferentes instituciones miembros que la conforman en la región.
Por cierto, que muchas cosas necesarias y útiles seguirán siendo pensadas, financiadas y ejecutadas por otros actores que no tienen hoy vínculos con UICN, pero que tienen capacidad de incidir en la realidad de los bosques de la región. En tal sentido será necesario identificar no sólo qué actividades debieran impulsarse, sino también, con quienes quiere trabajar UICN en la región en este tema, para construir las alianzas y programas de cooperación correspondientes.
Aspectos relacionados con el aumento de las capacidades técnicas para la valoración de bosques para la región.
- Fortalecer las capacidades técnicas y la formación de recursos humanos en la región en materia de valoración económica en general y de bosques en particular.
La revisión de los antecedentes sobre el tema, indican que son pocos los trabajos desarrollados en la región, así como la experiencia en la aplicación de algunos métodos. Además, muchos de los ejercicios realizados fueron conducidos por profesionales de otras regiones, sin que pueda establecerse con facilidad cual es la capacidad instalada de recursos humanos especializados que hay en la región.
En el caso específico de la membresía de la UICN, a partir de la información disponible, se puede apreciar que son muy pocos los miembros que tienen experiencia y pericia en estos temas, aunque de modo notable, existe una fuerte expectativa por poder emplearlas y en especial por valerse de las conclusiones de este tipo de estudios como insumos para sus propios programas y prioridades.
En lo que respecta a la Oficina Regional, su capacidad para apoyar técnicamente a la membresía en este tema es limitada, contando sólo con sus profesionales del área forestal, pero sin personal especializado en economía ambiental.
- Promover reuniones de intercambio y cooperación horizontal en la región y con experiencias de otras Oficinas del Hemisferio Sur.
Este tipo de acciones son esenciales no sólo para ganar experiencia, sino también para analizar en forma conjunta las metodologías que se emplean de modo habitual, procurando identificar las más adecuadas al contexto y a los problemas de los países en vías de desarrollo.
Existe cierta preocupación sobre la conveniencia de estimar el valor de los bosques empleando herramientas técnicas que han sido creadas en otros contextos y cuya aplicación a otros medios, por lo tanto, debiera ser hecha con mayor precaución.
Sin embargo, no hay un desarrollo de otras herramientas alternativas que hayan demostrado ser sólidas. Por lo tanto y hasta tanto, pese a la preocupación arriba señalada, la realización de estudios de valoración de bosques seguirá desarrollándose en estas condiciones. La formación de recursos humanos, el intercambio con pares y la experiencia práctica para extraer lecciones son elementos imprescindibles para hallar caminos más adecuados a los diferentes contextos.
Sobre las prioridades de trabajo dentro del área temática de valoración de bosques.
Como se ha analizado en las secciones anteriores, la valoración de los bosques es en sí una herramienta cuyo empleo puede servir a fines diversos.
En general se acepta que su utilidad radica en apoyar la toma de mejores decisiones, para lo cual la herramienta provee información sobre aspectos de la economía del ambiente y/o de los recursos naturales que, por su naturaleza, son poco percibidos por el público o por los decisores.
Ahora bien, en el contexto de algunos países del hemisferio norte, una de las principales aplicaciones prácticas de esta herramienta es ser incorporados a los Análisis de Costos y Beneficios (ACB) de planes, proyectos o programas. Pero en ese contexto, los ACB son ya rutinarios, es decir que se procura mejorar una herramienta de gestión de uso corriente.
No parece haber situaciones semejantes en los países de la región [5] por lo que podría ser poco útil centrarse en técnicas de ACB si estas no son habituales para tomar decisiones.
Analizando la experiencia de países más próximos a nuestro contexto, como puede ser el caso de Costa Rica, se aprecia en diversos informes, que la utilidad mayor de los ejercicios de valoración ha sido la de sensibilizar a los decisores para generar normas que estimulen la captura de bienes y servicios ambientales provistos por las áreas naturales (y los bosques, de modo destacado), ligados al establecimiento de programas de incentivos.
Esto significa que, al desarrollar ejercicios de valoración de los bosques, se están generando información que puede avalar y reforzar argumentos para mejorar la gestión del bosque.
Lo central es que estos esfuerzos se traduzcan en herramientas concretas de gestión, y en última instancia, en disminuir la tasa de pérdida de hábitats o aumentar la tasa de restauración de ambientes boscosos degradados.
Otro punto que merece ser analizado con detenimiento en la región, es qué tipo de estudios son más necesarios y útiles para contribuir a una diferencia en el manejo de los bosques de propiedad privada, y cuáles los más relevantes para los casos de bosques de propiedad pública cuyo uso suele basarse en concesiones de explotación.
En este mismo sentido, la discusión regional debe permitir identificar las técnicas analíticas más apropiadas en función de la geografía (y las características del bosque), de los usuarios, y de las modalidades institucionales de regulación forestal de la región. Asimismo, debe considerarse en qué medida influye en estas técnicas la escala de los estudios, en términos de superficie del área.
Una visión pragmática del uso de la valoración forestal indica que en muchos casos, sin dejar de reconocer la perspectiva holística de la valoración y el concepto de VET, centrar el análisis en el valor de algunos componentes en especial puede ser suficiente para traducirse en resultados positivos en el terreno de los hechos.
Sobre la inserción del Programa de Valoración de Bosques en el contexto interno de la UICN.
Las debilidades de UICN en la región en materia de economía de la biodiversidad son mucho más notable que en materia de bosques en sentido general.
Por tal motivo, podría argumentarse que un programa de valoración de bosques debe estar “anclado” sobre la base del Programa de Bosques preexistente. Sin embargo, existe una opción alternativa que es la de conformar un programa de economía de biodiversidad, donde el tema de la valoración se encare de modo general (abarcando ejemplos relacionados con humedales, costas marinas, montañas, áreas protegidas de todo tipo) y no restringido a bosques.
Los enfoques técnicos o metodológicos a emplear tienen una base común a todos los ambientes. Dada la escasez de personal especializado, puede ser conveniente fomentar, desde la óptica de UICN, un paulatino crecimiento de las capacidades que no se limite a los ecosistemas forestales.
Viendo la estructura de los programas de UICN a nivel mundial, se aprecia que uno de sus ejes más dinámicos en estos días es el Programa de Biodiversidad, desde el que se ha desarrollado un subprograma de Economía, el cual hoy es ya una unidad independiente con un crecimiento notable en staff y variedad de proyectos y servicios a la membresía.
Cabe preguntarse si ese crecimiento responde a una imposición desde dentro de la Unión (lo cual no parece ser el caso), sino más bien a la evolución “natural” que ha ido teniendo la percepción de la comunidad conservacionista, agencias de gobierno, y organismos internacionales, sobre la necesidad de fortalecer estas líneas de trabajo.
Referencias principales:
Aylward, B., Echeverría, J., Allen, K., Mejías, R. e I. Poras (1999).
Market and policy incentives for livestock production and watershed protection in Arenal, Costa Rica. CREED Working Paper 25, IIED, Londres.
Barbier, E., Acreman, M. y D. Knowler (1997).
Economic Valuation of Wetlands. IUCN, Cambridge, UK.
Barkley, P. y D. Seckler (1972).
Economic gowth and environmental decay. The solution becomes the problem. Harcourt Brace, New York.
Bishop, J. (ed.). (1999).
Valuing Forests: a review of methods and applications in developing countries. IIED, Londres.
Chomitz, K. y K. Kumari (1998).
The domestic benefits of tropial forests: a critical review. The World Bank Research Observer (13) 1: 13-35.
Chomitz, K., Brnes, E., Constantino, L. (1998).
Financing environmental services: the Costa Rica experience and its implications. Preparado para el Environmentally and Socially Sustainable Developmente, Latin America and Caribbean Region, World Bank.
Gregersen, H., Lundgren, A., Arnold, J. Y A. Contreras (1995).
Valuing forests: context, issues and guidelines, FAO Forestry Paper 127, Roma.
Gregersen, H., Lundgren, A., Kengen, S. y N. Byron (1997).
Medir y capturar valores del bosque: temas para la toma de decisiones. XI Congreso Forestal Mundial, Antalya, Turquía, 11 al 22 de Octubre de 1997, FAO, pp. 177-188.
Martínez Alier (1995)
Indicadores de sustentabilidad y conflictos distributivos ecológicos, Ecología Política (10): 35-43, Barcelona.
Norton, B. G. (1987).
Why preserve natural variety?. Princeton University Press, N.Y.
Pearce, D. (1990).
An economic approach to saving the tropical forests. Trabajo preparado por el autor para University of Oxford and Oxford Economic Research Associates, Londres.
Pearce, D. (1993).
Economic values and the Natural World. Earthscan, Londres
[1] Se reconocen cuatro escuelas de pensamiento que consideran al medio ambiente como capital: a) neoclásica, b) inglesa, c) post-keynesiana, y d) termodinámica o economía ecológica (Víctor, 1991). Las diferentes escuelas tienen visiones distintas sobre el grado de sustitución que es admisible entre el capital natural y otras formas de capital. Al libre intercambio entre distintos tipos de capital (natural, elaborado por el hombre, moral y cultural, y humano), sostenido por los que suscriben al concepto de sustentabilidad muy débil, la escuela inglesa le introdujo una banda superior a la capacidad máxima de asimilación y una banda inferior de capital natural para lograr un desarrollo que sea sustentable. Este mínimo de capital natural crítico se introdujo para poner de relieve la insustituibilidad de algunos tipos de capital natural. De todas formas el requisito de la conservación del stock de capital y la sustitución entre sus distintas formas está limitada a mantener algunos rasgos de proporción entre ellos. Esta visión de la sustentabilidad parece imponer restricciones al uso de recursos para actividades económicas. Esas restricciones serían necesarias para que se mantenga el stock de recursos dentro de ciertas bandas o límites que garanticen la estabilidad de los ecosistemas.
[2] Sin embargo, otras corrientes de pensamiento consideran que estos instrumentos son insuficientes para medir el valor de los ambientes y elementos naturales, argumentando que dichos instrumentos han sido creados con otro fin. Ver por ejemplo Martínez Alier (1995).
[3] En la literatura especializada de habla inglesa los beneficios locales reciben el nombre de on site, mientras que se llama beneficio off site, al conjunto de los que acá denominamos nacionales, provinciales y globales, ya que en ese concepto se incluyen todos los valores que se capturan fuera del sitio de origen.
[4] Esta expresión es habitualmente utilizada para indicar las variable que se mantienen constantes.
[5] Este punto es de gran importancia, por lo cual se sugiere que durante el Taller Regional, se analice el contexto real en los distintos países de América del Sur a este respecto.
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