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A pesar del redoblado avance de la siembra directa, aún queda pendiente

El ajuste en el manejo tecnológico

“Se puede salir de la crisis en la medida en que cada productor se enfoque en lo que hace y sea lo más eficiente posible, concentrando todas sus fuerzas en las ventajas comparativas”, explicó el coordinador técnico de AAPRESID, Martín Ambrogio.

Consultado sobre los escenarios futuros del sector agropecuario argentino, Ambrogio destacó que “aún queda mucho por ajustar en cuanto a la aplicación de paquetes tecnológicos para seguir creciendo en productividad”.

            “El vigoroso aumento de la superficie sembrada en directa no siempre se condice con un manejo tecnológico más eficaz”, sostuvo Martín Ambrogio, coordinador técnico de AAPRESID

Ambrogio no duda en reconocer que, “si bien se registró un crecimiento importante en productividad todavía falta mucho por mejorar”, y sostuvo que las estadísticas son contundentes al respecto: “en Francia, por ejemplo, logran siete toneladas por hectárea, nosotros rondamos las dos toneladas”.

– ¿Cómo se ajusta ese paquete tecnológico?

– Por ejemplo, la siembra directa crece año tras año, pero no está acompañada por todas las prácticas tecnológicas que garantizan todo su potencial. Hay que instrumentar, tanto en ganadería como en agricultura todas las tecnologías que sean necesarias para que el sistema, en su conjunto, funcione correctamente.

– ¿Por ejemplo?

– En la región central de Córdoba crece la siembra directa a un ritmo sostenido, sin embargo, la superficie de sorgo y maíz ocupan un porcentaje muy bajo del total. Si se hiciera una rotación de cultivos adecuada para que el sistema de siembra directa funcione correctamente, tendríamos que estar produciendo el doble de estos cultivos, y esto no lo vemos. Y no se hace más maíz y más sorgo, porque son menos rentables que la soja… pero el tema está en el manejo tecnológico.

-¿Qué alternativas propone?

– Lo que tenemos que hacer es agregarle valor a nuestra producción. En nuestro país tenemos un potencial muy importante para transformar los granos de maíz y sorgo de aquellos campos que están a más de 400 kilómetros del puerto en carne. De esta manera, logramos que estos campos vendan además de grano, carne. No sirve vender solamente grano porque la incidencia del flete en la comercialización es muy alto. La producción agrícola de alta producción tiene que integrarse con ganadería de alta productividad.

-¿Qué otro cambio cree que el productor tiene que incorporar?

-A futuro, las explotaciones agropecuarias chicas y medianas, deberán incorporar producciones intensivas, que ocupen una superficie muy chica de sus campos. El objetivo de esto es, además de diversificar, encontrar un complemento intensivo a su producción primaria que colabore en el resultado económico general de la empresa.

Una de las tantas alternativas productivas secundarias que propuso Ambrogio se refiere a los durazneros: “una hectárea de duraznero produce 26 mil kilos de duraznos, con un precio de mercado que ronda los 50 centavos, dejando una ganancia aproximada de 10.000 pesos por hectárea. Y la característica que tiene esta planta es que dura diez años. El productor no se va a salvar con esto, pero su resultado económico mejorará seguramente”.

Fuente: AAPRESID
Fecha: Agosto 2001

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