La luz que nos dejó sin cielo
Si el habitante de las grandes ciudades pudiera ver libremente el firmamento, sin duda sería una actividad que realizaría asiduamente por el embelezo que produce ver esa maravilla que sólo puede apreciar cuando se traslada al campo o localidades poco iluminadas. El exceso de luz de las ciudades nos dejó sin cielo.
El hombre es un ser que evolucionó hacia la visión diurna. En plena oscuridad queda con su capacidad, para desarrollar actividades, sumamente restringida. Por el contrario, otros mamíferos como los murciélagos desarrollaron un perfecto sistema de emisión de ondas que al tomar contacto con los objetos vuelven de inmediato y les permiten percibir donde están los elementos que los rodean, admirable sistema que se denomina ecolocalización…
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