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El cambio climático amenaza con hacer inviables el 89% de los embriones de los tiburones

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La eclosión de sus huevos está comprometida por el aumento de la temperatura y la acidificación de los océanos, un suceso que puede empeorar a finales de siglo

El cambio climático amenaza con llevarse por delante a los tiburones. La subida de la temperatura y la acidificación de los océanos está afectando directamente a la eclosión de sus huevos. Un reciente estudio sobre todos los posibles escenarios climáticos alerta de que las consecuencias no afectarían sólo a quedarnos sin tiburones, sino al bienestar general del mar: “Dado que ocupan posiciones altas en la cadena alimentaria, la reducción de sus poblaciones afectaría a todas las comunidades de peces”, afirma la autora principal del estudio, Noémie Coulon, estudiante de doctorado en el Laboratoire de Biologie des Organismes et des Écosystèmes Aquatiques en Francia.

El estudio, que se presenta este mes en la conferencia anual de la Sociedad de Biología Experimental, que se celebra en Praga confirma que las aguas más cálidas afectan significativamente al éxito de la eclosión.

La bióloga y su equipo examinaron que las mayores concentraciones de CO2, culpables de la caída de los niveles de pH y el calentamiento de los océanos, influyen significativamente en los embriones de la especie de tiburón investigada, el Scyliorhinus canicula o pintarroja; un tiburón gato muy común en las costas cantábricas y murciana, y muy abundante en Europa.

Sin embargo, Coulon señala que las consecuencias para el resto de tiburones pueden ser incluso mucho peores: “La pintarroja es conocida por su tolerancia a una amplia gama de temperaturas. Por tanto, es probable que los efectos observados en ella sean mínimos en comparación a otras especies más vulnerables a los cambios ambientales”, explica. En concreto, el cambio climático podría afectar más negativamente a las especies cuya tasa de reproducción sea más lenta que la de la pintarroja, dado que sus poblaciones tardarían más en recuperarse. Este es el caso de las especies costeras pescadas para su comercialización, como es el caso del tiburón nodriza o de la raya espinosa.

En general, los tiburones y las rayas tienen bajas tasas de natalidad. Si a su lenta reproducción se le suma la caída del éxito del nacimiento debido al calentamiento global, asegura la autora que las probabilidades de supervivencia de sus poblaciones son bajas. Es por ello que la investigación ha examinado el impacto del cambio climático en los embriones de los escualos en tres hipotéticos escenarios climáticos.

LOS ESCENARIOS

Los investigadores recopilaron datos de temperatura y pH registrados entre los años 1995 y 2014. Éstos fueron usados para crear un escenario de control y compararlo con dos posibles escenarios futuros que dependen del avance del cambio climático: el SSP2 o escenario “a mitad de camino”, y el SSP5 o escenario de “desarrollo impulsado por los combustibles fósiles”.

Estos dos últimos escenarios son producto de las llamadas trayectorias socioeconómicas compartidas -SSP por sus siglas en inglés- proyectados hasta el año 2100. Contemplan la efectividad de las políticas climáticas y se emplean para prever los futuros escenarios climáticos según el aumento del CO2 por la explotación de los combustibles fósiles, y el consecuente aumento de la temperatura global, así como para producir los informes de evaluación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático -IPCC por sus siglas en inglés-.

En el peor de los escenarios contemplados por este estudio (SPP5), la tasa de supervivencia de los embriones es solo del 11%. Según los autores, en el SPP5 la temperatura aumentaría 4,4 grados centígrados con respecto a la época preindustrial y la caída del pH del océano sería de 0,4 para el año 2100. En cambio, la situación es más positiva tanto en el escenario de control como en el SPP2, en los que la tasa de supervivencia sube hasta rondar el 82%.

MORTALIDAD VERANIEGA

Esta investigación es la primera en demostrar que la variación estacional de la temperatura también es un importante factor de supervivencia para los embriones de los escualos: “La mortalidad fue más pronunciada en agosto, coincidiendo con las temperaturas del agua más altas, que alcanzaron los 23,1 grados centígrados“, explica Coulon.

A su vez, mientras que advierte de los peligros para la estabilidad de los ecosistemas marinos, ofrece cierta esperanza frente a los posibles escenarios climáticos. “Nuestros hallazgos demuestran que el escenario SSP2 más moderado puede limitar el daño infligido a especies como el tiburón pintarroja, lo que nos brinda un incentivo positivo para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero”, concluye la bióloga.

Autora: Miriam Leva González
Foto: Noémie Coulon
Fuente: elmundo.es/

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