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Punto de encuentro entre las Empresas, el Medio Ambiente y la Sustentabilidad

Entregarse a la Sustentabilidad

El Desarrollo Sostenible es un valor a incorporar en las empresas, que mejoran sus resultados a partir de la legitimación de la Sociedad

Por Alberto Levy*

En toda organización, jamás se debe dejar de prestar atención a la enorme importancia que tienen los valores de su gente. De cada individuo en particular. De Juan. Estos valores son los que determinan qué es lo que Juan considera bueno, ético y valioso. A su vez, sirven como guía para definir qué objetivos Juan habrá de perseguir. Y para tomar decisiones para alcanzarlos. Pero, además, son una poderosa influencia en la elección del tipo de gente con el que Juan prefiere relacionarse. Esto es así ya que uno tiende a identificarse con aquellos con los que comparte principios, ideas y creencias.

El punto es que, como diferentes personas tienen diferentes valores, es bien probable que haya conflicto. Pensemos que Juan forma parte de su sistema básico, que es su familia. De este sistema Juan trae a la organización “temas” o “contribuciones” culturales propias. Pero antes él trabajó en otra organización que también influyó en sus valores. Juan forma parte, a demás, de otros sistemas humanos tales como un club, una organización religiosa o una organización educativa. Lo más probable es que todo esto constituya una gran red de interacciones que influyen en los valores de Juan y, por lo tanto, en su conducta. En su particular visión del mundo (“Weltanschauung”).

Tradicionalmente, en el campo de la psicología social se hablaba de las características de la personalidad que una persona “tiene”. Como si fueran atributos innatos de ese ser humano. Las típicas eran: adaptabilidad, ascendencia, sociabilidad, cooperatividad y disposición. En cambio, desde el punto de vista intencional, en el cual me enrolo, es preferible referirse a la conducta que la persona muestra en su interacción con un determinado conjunto de personas y en un determinado momento.

Las organizaciones, como sistemas humanos, pueden ser clasificadas según el nivel de entrega emocional de sus miembros. En varias empresas se puede sentir que el grupo ha generado un alto nivel de entrega emocional. Esto sucede como producto de la inacción entre los miembros de ese grupo.

Las diferentes organizaciones tienen patrones de interacción entre sus miembros que generan patrones de vinculación diferentes. En la mayoría de las empresas, el patrón de vinculación es “calculativo”, ya que el nivel de entrega depende básicamente del salario. A estas empresas las llamo “sistemas humanos naturales”, porque la gente interactúa instintivamente sin analizar si el tipo de interacción es el deseado. En otras, el patrón de interacción logra más entrega emocional, con lo cual el patrón de vinculación es la lealtad, que surge como producto de la identificación. A estas empresas las llamo “sistemas humanos lógicos”, ya que sus miembros razonan sobre su propia interacción y trabajan en la continua superación de esa interacción.

Un valor a incorporar en los sistemas humanos es el desarrollo sustentable. Este se basa en la ecoeficiencia y en la responsabilidad personal y social. Así, ese sistema humano se legitima en la comunidad, y esa legitimación mejora sus propios resultados. Una empresa sustentable nunca sacrifica el mañana por el hoy ni el reponer por el disponer. Es un proceso sin fin, un espiralado virtuoso y sistemáticamente sistémico.

Creo firmemente que la competitividad organizacional depende de lograr esto. Y le digo más: mañana puede ser demasiado tarde. Fácil de decir. Difícil de hacer.

Pero debe ser hecho.

* Licenciado en Administración, Contador Público y Doctor en Ciencias Económicas, UBA. Postgrado en el Graduate School of Management de la Universidad de California y en el Harvard Business School.

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