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Punto de encuentro entre las Empresas, el Medio Ambiente y la Sustentabilidad

Aprender a convivir con el ambiente, es aprender a gozarlo

Es la segunda vez que lo veo y la historia se repite: se aproxima hacia mí el hombre de la mirada color azul con una sonrisa en la cara. Y no es que me sorprendan las sonrisas ni los ojos claros, pero sospecho que su alegre andar tiene que ver con que dedica su vida a lo que le apasiona.

El Dr. Carlos Adlerstein lleva más de cuarenta años de trabajo continuado en planificación y gestión del medio ambiente y de la salud. No por nada se autocalifica como “experto ambiental”. Se desempeñó como tal en diferentes países de América Latina y de África. Así como también realizó especializaciones y efectuó aportes a congresos y a cursos de pre y post grado, en Europa y Estados Unidos. Actualmente desarrolla sus actividades laborales en Ambiental, una consultora de estudios y servicios ambientales. La misma está ubicada en Capital Federal y presta asistencia a nivel nacional e internacional.

¿Cuáles considera que son los puntos destacados de su trayectoria laboral?
Empecé trabajando en la década del sesenta en el norte argentino, en torno a afecciones de origen ambiental que influían en el sector rural. Una de estas problemáticas era la enfermedad de Chagas, producto de que los hombres convivían con unos parásitos portados por las vinchucas, insectos que a su vez se alojaban en gallineros, corrales y viviendas.
También trabajé para combatir la Brucelosis, una enfermedad surgida como resultado del encierro de las cabras. Tanto las personas que trabajaban con ellas como la población que consumía su carne y leche, se veían expuestas a esta patología.
En estos casos que acabo de mencionar como en todos los que trabajé, siempre intenté que el sector agropecuario tuviera una mejor calidad de vida en relación a una mejor calidad ambiental.
Posteriormente, en la década del setenta, fuí gerente y coordinador del proyecto argentino-uruguayo de la represa de Salto Grande. Luego trabajé en el emprendimiento hidroeléctrico de Yaciretá, así como también en los proyectos de Caracoles en San Juan, de Uruguaí Gaabi, en Misiones y de Potrerillos, en Mendoza, entre otros.
Por otra parte, por aquellos años me desempeñé como profesor y director de postgrado en Salud Pública en la Universidad de Buenos Aires.
Ya en la década de los ochenta, trabajé en Naciones Unidas, en el Banco Mundial y en el Banco Interamericano de Desarrollo, en proyectos ambientales de las Américas.
Fui responsable de preparar las normas medioambientales del sector de hidrocarburos de nuestro país. También trabajé, con respecto a la salud ambiental, en programas mineros y en diferentes emprendimientos agropecuarios.
En conclusión hice, por un lado, aportes técnicos, y por el otro, me dediqué a formar profesionales en distintas ramas disciplinarias medioambientales.

¿Cuáles cree que son los problemas más urgentes que afectan al sector rural en relación al medio ambiente en la actualidad?
La gran mayoría de los productores agropecuarios, hasta la fecha, han vivido de espaldas al medio ambiente. No lo concebían como parte de su actividad laboral. Esto no sólo sucedió aquí sino en todo el planeta. Recién en la actualidad estamos redescubriendo lo que es el ambiente y se comprende que el trabajo agropecuario es la modificación de ese medio natural. Se comienza a entender que es un recurso al que aportamos y del que extraemos insumos para nuestro desarrollo. Esta es una concepción respecto a las que estamos dando los primeros pasos, y como todos los primeros pasos, son débiles y tambaleantes.
Desde la actual gestion de feed lot hasta el uso de agroquímicos, estamos en las primeras experiencias ambientales. Pero vamos superando los obstáculos para llegar a medidas conservacionistas o de racional uso de los recursos.

¿Qué normativas existen con respecto a los feed lot?
Algunas jurisdicciones provinciales ya empezaron a prestar atención, sobre que el crecimiento anárquico de esta actividad no es lo ideal. Algunos feed lot están cerca de centros urbanos y generan inquietudes en las poblaciones. Por eso se deben cumplir normas ambientales de ordenamiento espacial. Los feed lot deberían localizarse en áreas que no generen conflictos ni con los seres humanos ni con el ambiente. Por otra parte, se deben exigir evaluaciones de impacto ambiental y proyectos donde se tenga en cuenta el destino final de los residuos. Pero como sucede en todo país que inicia una nueva actividad, se necesita experiencia para llegar a logros eficaces concurrentes a un desarrollo sustentable.

¿Y qué normativas existen con respecto a los agroquímicos?
Existen normas que exigen la participación de ingenieros agrónomos para suscribir el uso adecuado de agroquímicos. Pero hay una gran falencia con respecto a la educación de los productores y de los aplicadores de agroquímicos. Estos productos generan residuos tanto por algunos de sus componentes como por sus envases. Por eso hay que tener en cuenta el marco en el cual deben ser aplicados. Esto implica prestar atención a las condiciones climáticas, a los vientos, a los cursos de agua y a las lluvias. Por ejemplo, si se genera una carga de fósforo o nitrógeno y luego una lluvia importante los arrastra a un curso hídrico, se pueden generar procesos que produzcan el crecimiento de elementos no deseados en el agua.

¿Qué opina sobre la interacción del pequeño o mediano productor con su entorno ambiental?
El productor argentino tiene destacable capacidad de observación de su entorno natural. Pero es primordial que trabaje con profesionales que lo asistan para un adecuado manejo del ambiente en relación a la producción.
Es muy importante examinar el contexto ambiental para ver qué insumos usar, en qué momentos y en qué cantidades. Hay que buscar que los productores agropecuarios empiecen a ser ambientalistas. Y esto se está dando, lo que es un hecho positivo para Argentina.

¿Los profesionales del ambiente tienen el lugar que les corresponde en este proceso de interacción entre medio natural y hombre?
Los ingenieros ambientales no tienen más de diez o doce años de egresados. Hay pocos profesionales en estas disciplinas pues recién comienzan a desarrollarse con fuerza.
Los biólogos, hasta ahora, eran formados sólo para realizar estudios pero no para aplicarlos. Así como los ingenieros químicos eran formados para trabajar en la industria y no en el campo. Sobre todo apenas iniciadas estas disciplinas de pre y post grado, no se enseñaba una concepción ambiental. Por eso se debe alcanzar una doctrina que contemple el manejo racional de lo recursos, para una mayor producción concurrente a una mejor calidad de vida de la población.

¿Qué medidas podrían empezar a tomarse de inmediato para optimizar la relación con el medio ambiente?
Con respecto a los productores, se debe buscar que estos se dediquen a hablar sobre qué es el ambiente y cómo deben tratarlo. A su vez, debe haber profesionales que los asistan para mejorar su desempeño. Estos últimos pueden utilizar los medios de comunicación para mantener informados a los productores para que así alcancen una participación ordenada en su relación con el medio ambiente.
Por otra parte, los profesionales deben incorporar la concepción ambiental y adquirir estrategias que la destaquen con preponderancia. Hay que terminar con concepciones que consideren la investigación de componentes químicos por un lado, las condiciones climáticas por otro, etc., para empezar a apelar a nociones globales sobre cómo el ambiente se desenvuelve junto al sector agropecuario.

¿Qué problemas relacionados al ambiente sufre la población rural en nuestro país?
La población rural mejoró su condición notablemente. El crecimiento de la actividad rural hizo que desde el obrero hasta el empresario optimicen sus viviendas, sus entornos y el desarrollo de sus actividades. Si pensamos en cincuenta años atrás en relación a la actualidad, vemos que nuestros pobladores tienen significativas mejoras en su calidad de vida y de medio ambiente. Si bien hay diferencias por regiones, pues todavía hay, por ejemplo, ranchos y escuelas rancho, vamos por un camino promisorio. La experiencia nos dice que si continuamos este desarrollo sustentable, en un corto plazo, tendremos una óptima calidad ambiental.
El hombre, antes, cuando por ejemplo carneaba ovejas, le daba los intestinos a los perros y eso traía problemas de hidatidosis. Anteriormente, tampoco se tenían servicios sanitarios. Mientras que en la actualidad es poco frecuente que no se tengan baños adecuados. Hoy se tiene una razonable provisión de agua. El hombre aprendió a convivir con su ambiente, a gozarlo. Y el trabajo del INTA es importante en este proceso porque al aportar al crecimiento de la empresa agropecuaria, ayuda a mejorar la calidad de vida.

¿Qué avances surgieron con respecto a la interacción hombre-ambiente en relación al trabajo rural?
Han bajado la desertificación por el mal uso del riego, por el mal laboreo de los suelos, por la desertificación eólica o de origen hídrico y la pérdida de nutrientes por falta de rotación de cultivos. En definitiva la interacción hombre-ambiente mejoró. Esto es producto de las oportunidades que tuvo el sector, he insisto que en estos cambios tuvo mucho que ver el INTA que trabajó a través de diferentes proyectos para generar esta transformación en todo el país. Es muy diferente pensar en treinta años atrás, por ejemplo, cuando se inicia el proyecto Balcarce para promover el desarrollo en la zona de la Cuenca del Salado, pues es un emprendimiento que a pesar de que fue innovador en su momento, hoy se superó a sí mismo. Actualmente el productor requiere de más especificaciones informativas así como de tecnologías innovadoras. Realmente los daños al ambiente por sobrepastoreo, por el mal manejo de los suelos y de los cultivos, bajaron significativamente. Estoy convencido de que tenemos una excelente interacción hombre-ambiente.

¿Qué aportes piensa que puede generar esta nueva sección sobre medio ambiente que incorpora Visión Rural?
Deseo que la iniciativa de incorporar la nueva sección ambiental responda a las expectativas de los productores agropecuarios y a los profesionales que reciben la revista para que sea un aporte que los motive a mejorar su relación hombre-ambiente. De esta manera, estando informados, se puede llegar a un desarrollo sustentable de la región, de las provincias y del país.

Febrero 2009
Revista Visión Rural

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